sábado, 18 de diciembre de 2010

El Espíritu De Dios Se Ha Derramado Sobre Mí.

HECHOS 2:17-19
En los postreros días—dice Dios—, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas, en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
Y daré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra, sangre, fuego y vapor de humo

DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


La Escritura se ha cumplido en mí, la cual declara:
"En los últimos días dice el Señor. Que derramará Su Espíritu sobre toda la humanidad, y vuestros hijos e hijas profetizarán, vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños. Yo derramaré Mi Espíritu sobre los hombres y las mujeres y todos profetizarán. Y haré prodigios arriba en los cielos, y señales abajo en la tierra - sangre y fuego y vapor de humo. El sol se oscurecerá y la luna será como la sangre, antes que venga el día grande y glorioso del Señor. Y todos los que invocan el Nombre del Señor Jesús, serán salvos "(Joel 2:28-32)
He invocado el Nombre del Señor Jesús. Por lo tanto, sé que puedo declarar con valentía y saber con certeza que soy salvo.
El Espíritu Santo ha sido derramado sobre mí y mora dentro de mi propio espíritu.
Esta declaración profética de Dios se cumple hoy en mí.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.



Gracia Sobre Gracia

Juan 1:16-18  (RV95)
De su plenitud recibimos todos, y gracia sobre gracia, porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él lo ha dado a conocer.

DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


De la abundancia de mi Señor Jesús he recibido gracia sobre gracia, misericordia sobre misericordia, favor sobre favor, bendición sobre bendición, y regalo sobre regalo.  Todo lo que se refiere a la vida nueva que me ha dado y la ha amontonado sobre mí en una lluvia de abundancia. Ahora soy un partícipe de Su gracia y de Su verdad. El favor de Dios me ha concedido bendición de manera permanente. Este favor me capacita divinamente a hacer todo lo que he sido llamado a hacer y recibir todo lo que he sido llamado a recibir.  Jesús me ha presentado a Su Padre Celestial, me lo ha dado conocer de una forma tan íntima, que en todo lo que yo hago puedo percibir y entender Su voluntad, Su amor, Su poder, Su sabiduría y bondad hacia mí.

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.