lunes, 5 de diciembre de 2011

Oro a mi Rey y Señor Jesús.


Mateo 26:52-53; Gálatas 5:16-23; Hebreos 1:14; 10:36; 2 Reyes 6:15-17; 2 Corintios 5:7; 1 Corintios 15:57 
 
Entonces Jesús le dijo: 
Vuelve tu espada a su lugar,  porque todos los que tomen espada,  a espada perecerán.  ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre,  y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?

Digo,  pues: Andad en el Espíritu,  y no satisfagáis los deseos de la carne,  porque el deseo de la carne es contra el Espíritu y el del Espíritu es contra la carne;  y estos se oponen entre sí,  para que no hagáis lo que quisierais. Pero si sois guiados por el Espíritu,  no estáis bajo la Ley.  Manifiestas son las obras de la carne, que son:  adulterio, fornicación,  inmundicia,  lujuria, idolatría,  hechicerías,  enemistades,  pleitos,  celos,  iras,  contiendas,  divisiones,  herejías, envidias,  homicidios,  borracheras,  orgías,  y cosas semejantes a estas.  En cuanto a esto,  os advierto,  como ya os he dicho antes,  que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.   Pero el fruto del Espíritu  es amor,  gozo,  paz,  paciencia,  benignidad,  bondad,  fe, mansedumbre,  templanza;  contra tales cosas no hay ley.

¿No son todos espíritus ministradores,  enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?

Pues os es necesaria la paciencia,  para que,  habiendo hecho la voluntad de Dios,  obtengáis la promesa.

El criado que servía al varón de Dios se levantó de mañana y salió.  Al ver que el ejército tenía sitiada la ciudad,  con gente de a caballo y carros,  dijo a Eliseo: ¡Ah,  señor mío!  ¿Qué haremos?  Eliseo respondió: No tengas miedo,  porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.  Y oró Eliseo,  diciendo: "Te ruego,  Jehová,  que abras sus ojos para que vea".  Jehová abrió entonces los ojos del criado,  y este vio que el monte estaba lleno de gente de a caballo y de carros de fuego alrededor de Eliseo.

Porque por fe andamos,  no por vista.

Pero gracias sean dadas a Dios,  que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.


DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

No soy  impetuoso a reacciono en la carne. He tomado la decisión sin variar de seguir lo que el Señor Jesús dice en Su Palabra, de manera que voy a dar los frutos del Espíritu que son  amor,  gozo,  paz,  paciencia,  benignidad,  bondad,  fe, mansedumbre,  templanza  y los utilizo para desenvolverme diariamente. Y me he aliado con el Todopoderoso  y Su ejército  y no hay enemigo que pueda levantarse contra de Él.  El Señor  siempre están dispuesto para  avanzar cuando  le pido en oración contra de la adversidad.  Por lo tanto, no me muevo por lo que siento de este mundo natural. Voy a hacer la voluntad de mi Rey y Señor, y caminar en la victoria perpetua.

Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv