domingo, 27 de febrero de 2011

Vengo A Jesús Y Me Pongo A Cuentas


Isaías 1:16-19 RV95
Lavaos y limpiaos, quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos, dejad de hacer lo malo, aprended a hacer el bien, buscad el derecho, socorred al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Si queréis y escucháis, comeréis de lo mejor de la tierra


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


Estoy limpio por la sangre de Jesús y he dejado de lado la práctica del pecado en mi vida. Hago lo que es correcto ante los ojos de Dios. Busco la justicia, socorro a los oprimidos, defiendo la causa del huérfano  y de la viuda. A pesar que mis pecados eran de color rojo como el carmesí, ahora son blancos como la nieve, aunque tiñeron de forma indeleble mi naturaleza, ahora he sido limpiado, renovado y Jesús me ha hecho justo.  Estoy dispuesto a obedecer todo lo que la Palabra de Dios me mande y obedezco  todos los preceptos de Dios.  Por lo tanto, tengo garantizada una cosecha de abundancia con lo mejor de la tierra.  Espero lo mejor de Dios en mi vida.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.