Mateo 13:11-12, 15-16; Lucas 8:10; 1 Corintios 2:6-16; Daniel 1:4, 17, 20; 2:22-23; Juan 10:10; Salmo 107:20; 1 Juan 2:20; 5:20
Jesús respondiendo,
les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los
cielos; mas a ellos no les es dado. Porque a cualquiera que tiene, se le dará,
y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
Porque el corazón de
este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con
los ojos, Y oigan con los oídos, Y con
el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane. Pero bienaventurados vuestros ojos, porque
ven; y vuestros oídos, porque oyen.
Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de
Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.
Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y
sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Más
hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios
predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los
príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían
crucificado al Señor de gloria. Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no
vio, ni oído oyó, Ni han subido en
corazón de hombre, Son las que Dios ha
preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el
Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque
¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre
que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu
de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu
que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual
también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las
que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el
hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para
él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es
juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le
instruirá? Más nosotros tenemos la mente
de Cristo.
Muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados
en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para
estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los
caldeos.
A estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en
todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y
sueños.
En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los
halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su
reino.
El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y
con él mora la luz. A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo,
porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te
pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido
para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Envió su palabra, y los sanó, Y
los libró de su ruina.
Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.
Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento
para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo
Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.
DECLARACION DE FE DE ACUERDO A
LA PALABRA DE DIOS.
El Señor Jesús me ha dado la facultad
de conocer los secretos y misterios del Reino de los Cielos. Me ha dado sabiduría y conocimiento y Dios
está continuamente vertiendo más y más en mi vida para que pueda ser ricamente abastecido
para vivir en la plenitud de Sus leyes
de la abundancia. Los ojos de mi
entendimiento han sido iluminados por la Palabra de Dios, ahora puedo ver con ojos
de discernimiento y escuchar con oídos de
comprensión. Entiendo y reconozco las cosas
del espíritu. Soy receptivo al poder sanador
de Dios. Me siento bendecido, feliz, y
afortunado porque tengo la capacidad dada
por Dios para ver y escuchar las cosas como realmente son.
Si no has
recibido a Jesús tú Señor simplemente
has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre
Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que
invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que
Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos,
serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el
Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16;
Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en
otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu
Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste
de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo
Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho esta oración escríbeme o esta Palabra
te bendice favor de hacérmelo saber.
hosanna.enriqueibarra@gmail.com