miércoles, 21 de diciembre de 2011

El día que se estremeció el Cielo. Nació el Cristo el Señor.


Lucas 2:6-14;  Apocalipsis 1:1; Hebreos 1:14; Romanos 10:13; Gálatas 3:13-14; Juan 3:14-16


Mientras estaban allí, llegó el momento de que diera a luz. Al nacer su hijo primogénito, lo envolvió en retazos de tela y lo acostó en el establo, porque no había ningún lugar para ellos en el cuarto de huéspedes.  Cerca de ahí había algunos pastores que pasaban la noche en el campo cuidando su rebaño. De pronto, se les apareció un ángel del Señor. El esplendor de la presencia del Señor los rodeó y se aterrorizaron.  El ángel les dijo: No tengan miedo, traigo buenas noticias que les darán mucha alegría a todos. Hoy en el pueblo del rey David, les ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor.  Como señal, encontrarán a un bebé envuelto en retazos de tela, acostado en un pesebre.  De repente, junto al ángel, apareció una gran multitud de ángeles del cielo, y todos alababan a Dios:
¡Alaben a Dios en los cielos! ¡Que haya paz en la tierra para la gente que agrada a Dios!

Esta es la revelación que le dio Dios a Jesucristo para mostrarles a sus seguidores todo lo que pronto va a suceder. Jesucristo envió a su ángel para que le mostrara esto a su siervo Juan.

Todos los ángeles no son más que espíritus al servicio de Dios, y son enviados para ayudar a los que recibirán la salvación.

Ya que todo aquel que invoque el nombre del Señor,  será salvo.

Cristo pagó para librarnos de la maldición de la ley y aceptó estar bajo maldición en lugar de nosotros. La Escritura dice: maldito todo aquel cuyo cuerpo es colgado en un árbol.  Cristo hizo eso para que las bendiciones que recibió Abraham llegaran a las demás naciones. Las bendiciones vienen a través de Jesucristo para que por medio de la fe pudiéramos recibir el Espíritu que Dios prometió.

Moisés levantó una serpiente de metal en el desierto, así que tiene que pasar lo mismo con el Hijo del hombre: el Hijo del hombre también será levantado. Así todo el que crea en el Hijo del hombre tendrá vida eterna.  Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo único para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.


DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Sé que el Señor Jesús no nació en estas fechas, pero día que confesé a Jesús como mi Señor ese día el nació en mi corazón, porque antes estaba sin muerto en vida, sin Salvación, sin Redención, sin la Justificación del Padre Celestial y lleno de pecado. Dios en Su gran Amor nos ha dado a Su Hijo para tener muerte de cruz y así vencer la muerte se ha levantado y se ha sentado a la diestra de Dios Padre y nos ha dado la promesa del Espíritu Santo. Hoy me uno gozo en mi corazón con la buena nueva del Angel del Señor “Gloria a Dios en el Cielo y Paz (viene del hebreo Shalom que significa paz, plenitud total, prosperidad espiritual, nada falta nada se daña, etc.)  en la tierra a los hombres de buena voluntad. Y los Ejércitos del Cielo se gozaron al venir a ver a Dios (La Palabra) hecho hombre y proclamaron: ¡Alaben a Dios en los cielos! ¡Que haya paz en la tierra para la gente que agrada a Dios! Y me uno a ese gozo Alabando a Jesús el Señor.
Feliz Nacimiento de Jesús en sus corazones.


Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv