miércoles, 15 de junio de 2011

Soy Imitador del Señor Jesús



Efesios 5: 1-2;  Juan 14:12; Lucas 6:36; 1 Pedro 1:13

Así pues sed imitadores de Dios, como hijos amados;  y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros por ofrenda y sacrificio a Dios de olor suave.

·        De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago también él las hará, y mayores que estas hará; porque yo voy a mi Padre. 

·        Sed pues misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso. 

·        Por lo cual teniendo los lomos de vuestro entendimiento ceñidos, y sobrios, esperad perfectamente en la gracia que se os ha de traer en la manifestación de Jesús (Ungido de Dios y Su Unción) Cristo: Como hijos obedientes, no conformándoos con las concupiscencias que antes teníais estando en vuestra ignorancia; Mas como aquel que os ha llamado es santo, semejantemente también vosotros sed santos en todo proceder; Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

Soy un imitador de Dios, soy Su hijo amado.  El Señor Jesús es mi modelo principal de vida y hago todo del mismo modo que Él lo hace.  Al igual, vivo una vida de amor, recordando a Jesús como mi ejemplo, que me amó y se entregó a sí mismo por mí.  Mi vida debe llevar gloria a Su Nombre.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.