sábado, 26 de noviembre de 2011

Hablo la Palabra Dios que tengo en mi corazón.


Mateo 12:34-38; Génesis 12:3-4; Proverbios 18:20-21; Marcos 11:22-24; 2 Corintios 4:13
 
¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno,  siendo malos?,  porque de la abundancia del corazón habla la boca.
El hombre bueno,  del buen tesoro del corazón saca buenas cosas,  y el hombre malo,  del mal tesoro saca malas cosas.
Pero yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres,  de ella darán cuenta en el día del juicio, pues por tus palabras serás justificado,  y por tus palabras serás condenado".
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.  Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.

Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; Se saciará del producto de sus labios. La muerte y la vida están en poder de la lengua,  Y el que la ama comerá de sus frutos.

Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios.
Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.

Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos

DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.
 
El tesoro bueno que tengo en mi corazón es la Palabra de Dios, y por eso hablo lo que  Señor Jesús dice en Su Palabra.  Este tesoro lo obtengo creyendo con mi corazón  y confesando a Jesús como mi Señor y Salvador. El Padre Celestial me recibe como Su hijo, y me da Su Santo Espíritu. Por eso leo, oigo, medito (pienso constantemente) y hablo lo que dice Su Palabra. No hablo cualquier cosa porque el día del juicio daré cuenta de lo que ha hablado mi boca, y quiero ser aprobado por mi Padre Celestial.

Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv