viernes, 18 de noviembre de 2011

No temas dice el Señor Jesús Mi Espíritu está contigo.


Hageo 2:4-9; Efesios 6:10; Juan 16:13; Colosenses 3:17; Hebreos 13:5-6;  Romanos 8:14-17; Filipenses 4:7-9; Gálatas 4:5-6; Romanos 8:19

Pues ahora,  Zorobabel,  anímate,  dice Jehová;  anímate tú también,  Sumo sacerdote Josué hijo de Josadac;  cobrad ánimo,  pueblo todo de la tierra,  dice Jehová,  y trabajad,  porque yo estoy con vosotros,  dice Jehová de los ejércitos.  Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto,  así mi espíritu estará en medio de vosotros,  no temáis.  Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra,  el mar y la tierra seca;  haré temblar a todas las naciones;  vendrá el Deseado de todas las naciones  y llenaré de gloria esta Casa,  ha dicho Jehová de los ejércitos. Mía es la plata y mío es el oro,  dice Jehová de los ejércitos.  La gloria de esta segunda Casa  será mayor que la de la primera,  ha dicho Jehová de los ejércitos;  y daré paz en este lugar,  dice Jehová de los ejércitos.


Por lo demás,  hermanos míos,  fortaleceos en el Señor y en su fuerza poderosa.

Pero cuando venga el Espíritu de verdad,  él os guiará a toda la verdad,  porque no hablará por su propia cuenta,  sino que hablará todo lo que oiga y os hará saber las cosas que habrán de venir.

Y todo lo que hacéis,  sea de palabra o de hecho,  hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús,  dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Sean vuestras costumbres sin avaricia,  contentos con lo que tenéis ahora,  pues él dijo: "No te desampararé ni te dejaré".  Así que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador;  no temeré

Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios,  son hijos de Dios,  pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor,  sino que habéis recibido el Espíritu de adopción,  por el cual clamamos:  "¡Abba,  Padre!" El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu,  de que somos hijos de Dios.  Y si hijos,  también herederos;  herederos de Dios  y coherederos con Cristo,  si es que padecemos juntamente con él,  para que juntamente con él seamos glorificados.

Y la paz de Dios,  que sobrepasa todo entendimiento,  guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.  Por lo demás,  hermanos,  todo lo que es verdadero,  todo lo honesto,  todo lo justo,  todo lo puro,  todo lo amable,  todo lo que es de buen nombre;  si hay virtud alguna,  si algo digno de alabanza,  en esto pensad.  Lo que aprendisteis,  recibisteis,  oísteis y visteis en mí,  esto haced;  y el Dios de paz estará con vosotros.

Para redimir  a los que estaban bajo la Ley,  a fin de que recibiéramos la adopción de hijos.  Y por cuanto sois hijos,  Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo,  el cual clama:  "¡Abba,  Padre!”

Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.


DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.
Soy fuerte en el Señor Jesús y en el poder de Su fuerza.  Trabajare en Su nombre y produciré cosas maravillosas para Su gloria.  Él está conmigo en todo momento, Su Espíritu mora dentro de mí. Hoy la gloria de esta casa (yo soy la casa) es mayor que la primera. Su Santo Espíritu me guía por el Camino de la victoria que es Cristo Jesus.  Con Dios de mi lado,  el miedo no tiene lugar en mí.  Mi Padre Celestial ha declarado que tengo un lugar - en plena seguridad - libre de estrés, de terror y de ansiedad.  Esta tierra fue creada por mi Padre Celestial y yo soy Su heredero.  El estableció Su Iglesia y me ha escogido para darle gloria a Su Santo Nombre.  Su gloria está dentro de mí, porque el Señor Jesús mora dentro de mí, soy Su hijo y también soy Su embajador aquí en la tierra. Me niego a tener una religión vana y con falsa humildad.   La tierra está esperando conocer y ver la gloria de los hijos de Dios!

Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv