jueves, 2 de diciembre de 2010

Volverse a Jesús y al Padre Celestial

Joel 2: 12-14 (SRV 2004)
Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y llanto.
Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos; y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira, y grande en misericordia, y que se arrepiente del castigo.
¿Quién sabe si volverá, y se apiadará, y dejará bendición tras de él, es decir presente y libación para Jehová Dios vuestro?
Hechos 2:37-39 
Y al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?
Entonces Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

 DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


Me he arrepentido de mis pecados y me he vuelto a Dios, mi Padre.   Mi arrepentimiento no es emocional, no se debe solamente a que sé que es lo correcto, sino que es un arrepentimiento en mi corazón, porque no quiero nada más del mundo sino tener una relación íntima con Dios.  Jesús ha respondido a mi arrepentimiento con gran misericordia y compasión. Ha convertido toda su ardiente ira en contra de mí y ha determinado hacer solo cosas buenas por mí. Además de perdonarme y hacerme su propio hijo, también me ha bendecido con toda bendición que el cielo tiene, con Su Santo Espíritu!!!


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.