sábado, 26 de febrero de 2011

Todo Lo Pido Al Padre Celestial En El Nombre De Jesús


Mateo 7:7-12
"Pedid,  y se os dará; buscad,  y hallaréis;  llamad,  y se os abrirá, porque todo aquel que pide,  recibe;  y el que busca,  halla; y al que llama,  se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros,  que si su hijo le pide pan,  le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado,  le dará una serpiente?  Pues si vosotros,  siendo malos,  sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos,  ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros,  así también haced vosotros con ellos,  pues esto es la Ley y los Profetas.


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Pido y creo que recibo lo que he pedido a mi Padre Celestial. Voy a buscar y encuentro en Su Palabra lo que estoy buscando. Voy a llamar y la puerta se abre. Sé con toda certeza que cuando pido de acuerdo a Su voluntad voy a recibir; que cuando busque en Su Palabra encontraré; y que cuando llame a la puerta que es Jesús, se abrirá y yo entraré.  Mi Padre Celestial me ama y siempre es bueno conmigo. Si le pido una hogaza de pan, Él no me ofrece una piedra; si le pido un pescado, Él no me da una serpiente. Por el contrario, Él está más que dispuesto a darme lo que pida en el nombre de Jesús y con fe en Su Palabra.  Jesús puede ver mi corazón y Él sabe que mi confianza está puesta en Él, por lo tanto, si Jesús lo promete en Su Palabra, yo lo puedo creer, lo puedo recibir, y lo puedo tener.  Su Palabra no cambia sino que permanece para siempre y se hace verdad en mi vida y puedo demostrarlo a mi prójimo!!


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.