martes, 12 de julio de 2011


El Señor Jesús y el Padre Celestial me han enviado Su Espíritu Santo.

Juan 14:26-27, 16:13-15; Romanos 14:17; Filipenses 4:7; Hebreos 14:17

La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.   "Ya me han oído decirles: 'Me voy, pero vuelvo a ustedes.' Si me amaran, se alegrarían de que voy al Padre, porque el Padre es más grande que yo.

·        Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta sino que dirá sólo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir.  Él me glorificará porque tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes.   Todo cuanto tiene el Padre es mío. Por eso les dije que el Espíritu tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes.  Dentro de poco ya no me verán; pero un poco después volverán a verme.

·        Porque el reino de Dios no es cuestión de comidas o bebidas sino de justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo.

·         Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

El Espíritu Santo, es mi Consolador, Consejero, mi fortaleza, a quien el Padre Celestial ha enviado por el Nombre de Jesús.  El me enseña todas las cosas.  Puedo recurrir a Él en cualquier momento y recibir toda la sabiduría que necesite en cualquier situación.  Él trae a mi memoria todas esas cosas que el Señor Jesús me ha enseñado en Su Palabra.  Me revela Su Palabra  y me da el conocimiento y la comprensión de todo  lo que su Palabra me llama a hacer.  Él se encarga de que sepa todo lo que necesite para vivir esta vida santa que he sido llamado a vivir.
Tengo, en este momento, la paz de Jesús en mi corazón, Él me la ha dado, no como el mundo la da, sino como Él nos la da.  Es mía para siempre, nunca la apartará de mí.  No permitiré que mi corazón se angustie o se acobarde.  En el Señor Jesús tengo la audacia de la fe y la confianza que me hacen vencer en cada situación.

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.