miércoles, 30 de enero de 2013

El Señor Jesús me ha dado la potestad de prohibir y de liberar.


Mateo 16:19; 6:10; 18:18; Marcos 3:27

 Te daré las llaves del reino de los cielos;  todo lo que ates en la tierra [declarar impropio e ilegal] quedará atado en el cielo,  y todo lo que desates [declarar legal] en la tierra quedará desatado en el cielo.
                                                
Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.  
                                                        
¡Sí, en verdad les digo! Cualquier cosa que prohíban en la tierra, será prohibida en el cielo, y lo que permitan en la tierra, será permitido en el cielo.

Ahora bien, nadie puede entrar en la casa de alguien fuerte y arrebatarle sus bienes a menos que primero lo ate. Sólo entonces podrá robar su casa.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


El Señor Jesús me ha dado las llaves del Reino de los Cielos.  Dios me ha dado la autoridad para atar y desatar [prohibir y de liberar].  Esta delegación de autoridad dad y el mismo Señor Jesús la establecido en Su Palabra, así que todo lo que ate en la tierra está atado en el cielo y todo lo que desate en la tierra es desatado en el cielo.  Tengo la comprensión de Su Palabra, tengo El Espíritu Santo, tengo al Señor Jesús y puedo vencer los problemas de la vida declarando Su Palabra con fe.

Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv

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