viernes, 24 de junio de 2011

Más vale dos que uno dice el Señor Jesús.


Eclesiastés 4: 9-12;  Proverbios 15:22; Efesios 1-2; Hebreos 10:25

Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo.  Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!  Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse? Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!  NVI 1999

·        Cuando falta el consejo, fracasan los planes; cuando abunda el consejo, prosperan.  NVI 1999

·        Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados, y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios.  NVI 1999

·        No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.  NVI 1999

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS


Soy sabio para buscar la compañía de santos en las cosas que hago.  Entiendo que dos pueden aportar una cosecha mejor que uno, porque si uno cae, el otro puede levantarlo.  Además, si uno es atacado, el otro puede entrar y echar una mano para poder soportar todos los enemigos. No estoy solo en mí caminar con Dios.  Soy un hijo de Dios y juntos, con Dios entrelazados en nosotros y por nosotros, saldremos victoriosos en cada situación.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.