sábado, 19 de marzo de 2011

Jesús Vive En Mi.


Juan 14:10-14
¿No crees que yo soy en el Padre y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre, que vive en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.  »De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él también las hará; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pedís en mi nombre, yo lo haré.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Creo con todo mi corazón que Jesús está en el Padre y que el Padre está en Jesús. Todos los grandes milagros y los hechos de poder que Jesús hizo en esta tierra los hizo a través del Padre. Jesús fue hecho hombre igual que yo, pero sin pecado, por lo que no voy a olvidar que a través de Jesús hoy también yo puedo hacer grandes milagros en Su Nombre. Como Jesús está en el Padre Celestial, ahora Jesús está en mi y El realiza grandes milagros y los hechos de poder a través de mi. En Jesús soy totalmente capaz de hacer lo mismo que Él hizo en su caminar en la tierra. Incluso ha dicho que puedo hacer mayores cosas que las que Él hizo, porque Jesús  ha resucitado y se ha ido al Padre.  Es por el nombre de Jesús y la fe en Su Palabra que la Palabra que yo declaro con autoridad hace que suceda lo que yo mandé en este mundo natural. Todo lo que está fuera de Su voluntad debe doblegarse ante Su autoridad. Todo lo que pida en Su nombre, lo recibo para que el Padre sea glorificado en el Hijo.  Sólo en Jesús está la respuesta a mis  oraciones. Jesús me ha dado el testamento legal para usar Su nombre.  Libremente puedo tomar de todo lo que Él es y todo lo que Él tiene. Todo lo que pida en Su nombre conforme a Su Voluntad puedo tener la  confianza que Él ya lo ha hecho.

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.