martes, 3 de julio de 2012

Confió, cuando hablo en el Nombre del Señor Jesús.


Lucas 17:5-10; Marcos 9:23; Mateo 17:20; Marcos 11:22-25; Juan 15:7; 2 Corintios 4:13; Hebreos 11:1

Entonces los apóstoles le dijeron al Señor: ¡Aumenta nuestra fe!
Si ustedes tuvieran una fe tan pequeña como un grano de mostaza les respondió el Señor, podrían decirle a este árbol: Desarráigate y plántate en el mar, y les obedecería. Supongamos que uno de ustedes tiene un siervo que ha estado arando el campo o cuidando las ovejas. Cuando el siervo regresa del campo, ¿acaso se le dice: Ven en seguida a sentarte a la mesa?  ¿No se le diría más bien: Prepárame la comida y cámbiate de ropa para atenderme mientras yo ceno; después tú podrás cenar?  ¿Acaso se le darían las gracias al siervo por haber hecho lo que se le mandó? Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les ha mandado, deben decir: Somos siervos inútiles; no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber.

¿Cómo que si puedo? Para el que cree, todo es posible.

Porque ustedes tienen tan poca fe  les respondió. Les aseguro que si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: Trasládate de aquí para allá, y se trasladará. Para ustedes nada será imposible.

Tengan fe en Dios respondió Jesús. Les aseguro que si alguno le dice a este monte: Quítate de ahí y tírate al mar, creyendo, sin abrigar la menor duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá. Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán. Y cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados.

Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, lo que quieran pedir se les concederá.

Escrito está: "Creí, y por eso hablé."* Con ese mismo espíritu de fe también nosotros creemos, y por eso hablamos.

Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.

DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Puedo usar mi fe como si se tratara de una semilla. Cuando declaro Escritura de Dios estoy sembrando semillas de vida; le hablo a un problema y creo que esas cosas que digo de acuerdo a la Palabra de Dios, eso va a suceder.  Voy a tener las cosas que digo, aunque no pueda verlas, sé que algo está sucediendo, porque mi semilla de fe ha entrado en la situación y está haciendo su trabajo.  Al alinear mis palabras con la Palabra de Dios, todo lo que diga tiene que obedecer a la Palabra de mi Señor Jesus.  Mi fe es como un siervo y mi deber es ponerlo a trabajar para hacer la voluntad de mi Padre Celestial, para traer Su reino a la tierra.

Si no has recibido a  Jesús tú Señor, te invito a  hacer  la siguiente oración creyendo en tu corazón y Jesucristo será tu Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.

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