viernes, 1 de julio de 2011

El Señor Jesús Prueba mi fe.



Zacarías 13:9; 1Pedro 4:1213; Romanos 10:12-13;
·        Isaías 10:48; Jeremías 30:22  

Esa tercera parte Yo traeré a través del fuego; los refinaré como es refinada la plata, los probaré como se prueba el oro. Ellos clamarán a Mi Nombre, Yo diré: "Este es mi pueblo,"  y ellos dirán: "YAHWEH es mi Elohim."

·        Queridos hermanos, no crean que es extraño el fuego ardiente de pruebas que les ha sobrevenido, como si algo extraordinario les estuviera pasando   Más bien, como comparten el compañerismo de los sufrimientos de Jesucristo, regocíjense, para que se regocijen todavía más cuando su Gloria sea revelada.

·        Esto quiere decir que no hay diferencia entre judío y gentil, YAHWEH es el mismo para todos, rico hacia todos los que le invocan, porque todos los que invoquen El Nombre de Señor Jesús  (YAHWEH), serán salvos.

·        Contempla, Yo te he refinado, pero no [tan severamente] como la plata; [antes] Yo te he probado en el horno de la aflicción.

·        "Ustedes serán mi pueblo, y Yo seré su Elohim."

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

He pasado por el fuego-he sido refinado como la plata y probado como el oro.  Ahora estoy limpio y purificado, y puedo llegar ante la presencia del Dios Omnipotente, en la belleza de Su Santidad.  Cuando clamo Su Nombre—Jesús es Su Nombre—El responde a mi clamor.  Jesús proclama que yo soy Su hijo y Él es mi Padre Celestial.  Mi nombre proviene del Señor Jesús, mi Dios, y tengo derecho a todos los privilegios que esto conlleva.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.