viernes, 30 de marzo de 2012

Prosigo a la meta a Jesús el Cristo mi Señor.


Prosigo a la meta a Jesús el Cristo mi Señor.

 Hosanna en las Alturas, Jesús es el Señor 

 Filipenses 3:12-14; Hebreos 10:14; 12:23; Lucas 9:62; 1 Corintios 9:24-27; 2 Timoteo 4:7 


No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto;  sino que prosigo,  por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos,  yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado;  pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta,  al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

Y así,  con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.

A  la congregación de los primogénitos  que están inscritos en los cielos.  Os habéis acercado a Dios,  Juez de todos,  a los espíritus de los justos hechos perfectos.

Jesús le contestó: Ninguno que,  habiendo puesto su mano en el arado,  mira hacia atrás  es apto para el reino de Dios.

¿No sabéis que los que corren en el estadio,  todos a la verdad corren,  pero uno solo se lleva el premio?  Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha,  de todo se abstiene; ellos,  a la verdad,  para recibir una corona corruptible,  pero nosotros,  una incorruptible.  Así que yo de esta manera corro,  no como a la ventura;  de esta manera peleo,  no como quien golpea el aire; sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre,  no sea que,  habiendo sido heraldo para otros,  yo mismo venga a ser eliminado.

He peleado la buena batalla,  he acabado la carrera, he guardado la fe.


  DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.
 
No me olvido de que soy salvo del pecado, no hare intencionalmente y cuando peco por ignorancia o descuido inmediatamente corro al trono de la Gracia arrepentido a pedir perdón y con la certeza que lo recibo. No me jacto de haber alcanzado perfección de plenitud del Señor  Jesús, sino que prosigo a apoderándome  de ella, esa es la razón por la cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Por lo tanto, me olvido de lo que está atrás de mí y sigo adelante con mis ojos puestos el premio de mi supremo llamamiento en Cristo Jesús. Nunca dejo que mi pasado, ya hace muchos años o hace un instante me interrumpa mi caminar en comunión con Dios. Él me ha mostrado Su gracia y hoy que la conozco no tengo ninguna razón para retroceder o estancarme.  Estoy siempre en movimiento hacia adelante, cada vez mejor con cada paso y me  mantengo en comunión con mi Padre Celestial. Nunca me olvido de que el pecado no tiene poder sobre mí y que mi posición en el Señor Jesús está asegurado, no por mí causa, sino por causa de Él.

Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.

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