miércoles, 1 de diciembre de 2010

Reconciliado Con Dios

Ezequiel 11:17-20, Salmo 105:45
SRV2004
·         Di por tanto: Así ha dicho el Señor Jehová: Yo os recogeré de los pueblos, y os congregaré de las tierras en las cuales estáis esparcidos, y os daré la tierra de Israel.   Y vendrán allá, y quitarán de ella todas las cosas detestables, y todas sus abominaciones.    Y les daré un corazón; y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos, y quitaré de su carne el corazón de piedra, y les daré un corazón de carne; para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis juicios y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios.
·         Para que guardasen sus estatutos, Y observasen sus leyes. Aleluya.

 DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


He sido reconciliado con Dios.
Jesús me ha dado un espíritu nuevo y ahora tengo un corazón sin divisiones y dedicado a Su voluntad. Ya no tengo un corazón de piedra, frio, gobernado por el diablo, sino que Dios me ha dado un corazón de carne, lleno de la vida de Dios.  Como hijo nacido de nuevo en Jesús, ahora puedo vivir libre de pecado. Todas las cosas que en mi vida deshonraban Su Nombre han sido quitadas.  Y me mantengo en la ley del amor, que es la perfecta ley de la libertad, para mi vida.  Vivo cada día en plena conciencia de que soy hijo de Dios y que Él es mi Padre.

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.