miércoles, 9 de marzo de 2011

Jesús Mi Dios Me Ha Llamado


Isaías 48:16-18 VNI
Sólo yo he hablado;  sólo yo lo he llamado. Lo haré venir,  y triunfará en su misión. "Acérquense a mí, escuchen esto: "Desde el principio, jamás hablé en secreto; cuando las cosas suceden, allí estoy yo."  Me ha enviado con su Espíritu. Así dice el Señor, tu Redentor, el *Santo de Israel: "Yo soy el Señor tu Dios, que te enseña lo que te conviene, que te guía por el *camino en que debes andar. Si hubieras prestado atención a mis mandamientos, tu *paz habría sido como un río; tu justicia, como las olas del mar.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

El Padre Celestial me ha llamado para llevar a cabo una misión y me ha garantizado que triunfaré en lo que me ha encomendado. Dios me ha encargado que proclame del reino de Dios al mundo entero. Pero, no he sido llamado a hacer esto por mi mismo o con mi propio poder. El Espíritu Santo se ha convertido en mi compañero y socio. Él me enseña el camino que debo andar y me revela lo que es mejor para mi vida. Él me instruye en las leyes del aumento y me enseña sus beneficios. Presto atención cuidadosamente a sus mandamientos y soy sensible al llamado de Su Santo Espíritu. Su paz fluye a través de mi vida como un río porque Jesús me bendice, nada me falta, nada se pierde. Jesús me aprobó a través de Su Sangre, soy justificado por Dios.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.