miércoles, 4 de mayo de 2011

Me Rindo A La Palabra De Mi Señor Jesús


Mateo 20:30-34; 2 Timoteo 1:12-13 RV95
·       Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: —¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! La gente Me Rindo A La Palabra De Mi Señor Jesús los reprendía para que callaran, pero ellos clamaban más, diciendo: —¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! Jesús, deteniéndose, los llamó y les dijo: — ¿Qué queréis que os haga? Ellos le dijeron: —Señor, que sean abiertos nuestros ojos. Entonces Jesús, sintiendo compasión, les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista y lo siguieron.
·       Por lo cual asimismo padezco esto. Pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído y estoy seguro de que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.
Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

en quien creo.  Concentro mi atención en el Señor Jesús y no en la multitud. Cuando mi fe es probada,  y Dios me pide que permanezca firme y quieto, aún así clamo con más fuerza, orando y pidiéndole al Único que puede liberarme. Mi Señor Jesús está atento a mi clamor.  Él sabe que existo y quiere que le diga específicamente lo que deseo de Él, por lo que mi alegría será grande cuando reciba mi milagro. Cuando pido algo en armonía con Su Palabra, Él lo considera ya hecho. No me avergüenzo el tener que soportar la persecución a causa del Evangelio, porque en quien he creído, y estoy convencido de que Él es poderoso para y guarda todo lo que en Él he confiado. Amén.

Leer fonéticamente

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.