lunes, 30 de abril de 2012

La Palabra del Señor Jesús es Perfecta.


2 Samuel 22:29-41; Efesios 2:6; 6:12; Salmo 5:11-12; 12:6 18:32; 27:1: 44:5; Mateo 5:48; Hebreos 13:21; Isaías 33:16; Proverbios 4:12; Malaquías 4:3; 1 Juan 4:4;

Tú, Señor, eres mi lámpara; tú, Señor, iluminas mis tinieblas.  Con tu apoyo me lanzaré contra un ejército: contigo, Dios mío, podré asaltar murallas.  El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable. Escudo es Dios a los que en él se refugian.  ¿Pues quién es Dios, si no el Señor? ¿Quién es la roca, si no nuestro Dios? Es él quien me arma de valor y endereza mi camino; da a mis pies la ligereza del venado, y me mantiene firme en las alturas; adiestra mis manos para la batalla, y mis brazos para tensar arcos de bronce. Tú me cubres con el escudo de tu salvación; tu bondad me ha hecho prosperar. Me has despejado el camino; por eso mis tobillos no flaquean. Perseguí a mis enemigos y los destruí; no retrocedí hasta verlos aniquilados. Los aplasté por completo. Ya no se levantan. ¡Cayeron debajo de mis pies! Tú me armaste de valor para el combate; bajo mi planta sometiste a los rebeldes.  Hiciste retroceder a mis enemigos, y así exterminé a los que me odiaban.

Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales,

Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.

Pero que se alegren todos los que en ti buscan refugio; ¡que canten siempre jubilosos! Extiende tu protección, y que en ti se regocijen todos los que aman tu nombre. Porque tú, Señor, bendices a los justos; cual escudo los rodeas con tu buena voluntad.

Las palabras del Señor son puras, son como la plata refinada, siete veces purificada en el crisol.

Es él quien me arma de valor y endereza mi camino;

El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme?

Por ti derrotamos a nuestros enemigos; en tu *nombre aplastamos a nuestros agresores.


Por tanto, sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto.

Que él los capacite en todo lo bueno para hacer su voluntad. Y que, por medio de Jesucristo, Dios cumpla en nosotros lo que le agrada. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Ese tal morará en las alturas; tendrá como refugio una fortaleza de rocas, se le proveerá de pan, y no le faltará el agua.

Cuando camines, no encontrarás obstáculos; cuando corras, no tropezarás.

El día que yo actúe ustedes pisotearán a los malvados, y bajo sus pies quedarán hechos polvo dice el Señor Todopoderoso.

Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Mi Señor Jesús ilumina mi senda.   Él me da instrucción clara para que no me tropiece y me mantenga firme en el camino de la rectitud.  Por medio de Él, tengo la victoria sobre el enemigo.  La Palabra de Dios está siempre delante de mis ojos, en mis oídos y mi corazón.  Su Palabra es verdadera, fiel, y firme.  He puesto mi confianza en el Señor Jesus.  ¡Él es mi escudo y mi refugio!  ¡Él es mi roca y mi castillo!  Él me dirige en la senda de mí caminar e ilumina mi entendimiento dándome a conocer Su plan para mi vida.  Él hace mis pies como los de un ciervo – firmes, capaces  y rápidos.  Él es mi seguridad y mi fortaleza.  Me mantengo  firme resistiendo  contra los ataques del enemigo.  Estoy juntamente con Él  en las alturas  y me ha establecido con firmeza y audacia, por lo que no seré sacudido. El adiestra mis manos para la batalla para que mis brazos puedan tensar el arco de bronce.  Él me ha dado el escudo de Su salvación.  Por Su gracia, Él comprende mi condición y ha ampliado mis pasos debajo de mí por lo que no caeré.  Su grandeza está dentro de mí y por Su fuerza destruiré al enemigo.  ¡Mantengo a raya al enemigo y no se  levantará contra mí!  Mi Señor Jesús me ha ceñido con Su fuerza para la batalla.  Lo único que veo son las espaldas de mis enemigos,  al  huir de mí completamente aterrorizados.


Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.

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domingo, 29 de abril de 2012

Proclamo el nombre del Señor Jesús y Sus obras maravillosas.


1 Crónicas 16:8-11; Salmo 105:1-15; Deuteronomio 4:9-10, 29, 40; Mateo 6:33; Romanos 8:9  

¡Alaben al Señor, proclamen su nombre, testifiquen de sus proezas entre los pueblos!  ¡Cántenle, cántenle salmos! ¡Hablen de sus maravillosas obras!  ¡Gloríense en su nombre santo!  ¡Alégrense de veras los que buscan al Señor!  ¡Refúgiense en el Señor y en su fuerza, busquen siempre su presencia!  ¡Recuerden las maravillas que ha realizado, los prodigios y los juicios que ha emitido!

Den gracias al Señor, invoquen su nombre; den a conocer sus obras entre las naciones.  Cántenle, entónenle salmos; hablen de todas sus maravillas.  Siéntanse orgullosos de su santo nombre; alégrese el corazón de los que buscan al Señor.  Recurran al Señor y a su fuerza; busquen siempre su rostro. Recuerden las maravillas que ha realizado, sus señales, y los decretos que ha emitido. ¡Ustedes, descendientes de Abraham su siervo! ¡Ustedes, hijos de Jacob, elegidos suyos!  Él es el Señor, nuestro Dios; en toda la tierra están sus decretos.  Él siempre tiene presente su pacto, la palabra que ordenó para mil generaciones.  Es el pacto que hizo con Abraham, el juramento que le hizo a Isaac.  Se lo confirmó a Jacob como un decreto, a Israel como un pacto eterno, cuando dijo: "Te daré la tierra de Canaán como la herencia que te toca."  Aun cuando eran pocos en número, unos cuantos extranjeros en la tierra  que andaban siempre de nación en nación y de reino en reino,  a nadie permitió que los oprimiera, sino que por ellos reprendió a los reyes:  No toquen a mis ungidos; no hagan daño a mis profetas.

¡Pero tengan cuidado! Presten atención y no olviden las cosas que han visto sus ojos, ni las aparten de su corazón mientras vivan. Cuéntenselas a sus hijos y a sus nietos.  El día que ustedes estuvieron ante el Señor su Dios en Horeb, él me dijo: Convoca al pueblo para que se presente ante mí y oiga mis palabras, para que aprenda a temerme todo el tiempo que viva en la tierra, y para que enseñe esto mismo a sus hijos.

Pero si desde allí buscas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, lo encontrarás.

Obedece sus preceptos y normas que hoy te mando cumplir. De este modo a ti y a tus descendientes les irá bien, y permanecerán mucho tiempo en la tierra que el Señor su Dios les da para siempre.

Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.

Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Estoy muy agradecido por lo que mi Padre Celestial ha hecho por mí.  Continuamente invoco el nombre del Señor Jesús mi Dios y lo daré a conocer entre las personas a través de Su obra en mí. Soy diligente en mi adoración a El, cantare alabanzas continuamente. Medito y hablo de Sus obras sin cesar.  ¡Mi corazón se regocija en Su presencia!  Soy constante y me esfuerzo en buscarlo y me refugio en Su fuerza.  Amo a mi Señor Jesús con todo mi corazón y permanezco continuamente en Su presencia.

Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.

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sábado, 28 de abril de 2012

El Señor Jesús me ha sanado.


2 Reyes 5:10-14; 2 Crónicas 20:20; Deuteronomio 28:1; Juan 14:15; Isaías 53:4-5; Salmo 103:1-5; Éxodo 15:26; Santiago 5:14-16

Eliseo envió un mensajero a él, que dijo: "Ve y báñate en el Jordán  siete veces. Tu piel regresará a ti, y tú serás limpio."  Pero Naaman se enojó y se fue diciendo: "¡Aquí está, yo creí por seguro que él saldría personalmente, que se pararía, clamaría en el Nombre de YAHWEH su Elohim y meneara su mano sobre la parte enferma y así sanaría a la persona con lepra.  ¿No son Abana y Farfar los ríos de Damasco, mejores que toda el agua de Israel?  ¿Por qué no puedo bañarme en ellos y ser limpio?" Así que se volvió y se fue enfurecido. Pero sus sirvientes se acercaron, y dijeron: "Si el profeta te hubiera pedido que hicieras algo realmente difícil, ¿no lo hubieras hecho? Así que, ¿no tiene más sentido hacer lo que él dice, báñate y sé limpio?"  Así que él descendió y se sumergió siete veces en el Jordán, como el hombre de Elohim había dicho que hiciera; y su piel fue restaurada, y se hizo como la piel de un niño, y fue limpio.

Al día siguiente, madrugaron y fueron al desierto de Tecoa. Mientras avanzaban, Josafat se detuvo y dijo: "Habitantes de Judá y de Jerusalén, escúchenme: ¡Confíen en el Señor, y serán librados! ¡Confíen en sus profetas, y tendrán éxito!"

Si realmente escuchas al Señor tu Dios, y cumples fielmente todos estos mandamientos que hoy te ordeno, el Señor tu Dios te pondrá por encima de todas las naciones de la tierra.

Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos.

Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado.  Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.

Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre.  Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.  Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias;  él rescata tu vida del sepulcro y te cubre de amor y compasión;  él colma de bienes tu vida  y te rejuvenece como a las águilas.

Les dijo: "Yo soy el Señor su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que yo considero justo, y si cumplen mis leyes y mandamientos, no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el Señor, que les devuelve la salud."  

¿Está enfermo alguno de ustedes? Haga llamar a los ancianos de la iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor.  La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Y si ha pecado, su pecado se le perdonará.  Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

No me ofendo por las exigencias del Señor Jesús, Su Palabra y Sus profetas.
Cualquiera que sea el Señor requiere de mí, soy obediente en hacerlo. Por lo tanto, me levanto limpio de mis debilidades. La enfermedad y la dolencia no pueden aferrarse a mí vida, porque yo he hecho lo que el Señor Jesus requiere y Él me ha declarado sano y creo Su Palabra.

Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.

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