domingo, 8 de enero de 2012

El Señor Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida.


El Señor Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida.

Hosanna en las Alturas, Jesús es el Señor  


 Juan 14:4-7; 1:12, 14; 8:19, 32; 10:1-11; 11:25-26; Hebreos 9:8; 10:19-20; 1 Timoteo 2:5


Y sabéis a dónde voy,  y sabéis el camino. Le dijo Tomás:
Señor,  no sabemos a dónde vas;  ¿cómo,  pues,  podemos Saber el camino?   Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. Si me conocierais,  también a mi Padre conoceríais;  y desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.

Mas a todos los que lo recibieron,  a quienes creen en su nombre,  les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

Y el Verbo se hizo carne  y habitó  entre nosotros lleno de gracia y de verdad;  y vimos su gloria,  gloria como del unigénito del Padre.

Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas,  enseñando en el templo;  y nadie lo prendió,  porque aún no había llegado su hora.

Le respondieron: Descendientes de Abraham somos  y jamás hemos sido esclavos de nadie.  ¿Cómo dices tú: "Seréis libres"?

De cierto,  de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas,  sino que sube por otra parte,  ese es ladrón y salteador. Pero el que entra por la puerta,  el pastor de las ovejas es.  A este abre el portero,  y las ovejas oyen su voz;  y a sus ovejas llama por nombre y las saca.  Y cuando ha sacado fuera todas las propias,  va delante de ellas;  y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. Pero al extraño no seguirán,  sino que huirán de él,  porque no conocen la voz de los extraños.  Esta alegoría les dijo Jesús,  pero ellos no entendieron qué era lo que les quería decir. Volvió,  pues,  Jesús a decirles: De cierto,  de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron,  ladrones son y salteadores,  pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta: el que por mí entre será salvo;  entrará y saldrá,  y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar,  matar y destruir;  yo he venido para que tengan vida,  y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida;  el que cree en mí,  aunque esté muerto,  vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí,  no morirá eternamente.  ¿Crees esto?

El Espíritu Santo da a entender con esto que aún no se había abierto el camino al Lugar santísimo,  entre tanto que la primera parte del Tabernáculo estuviera en pie.

Así que,  hermanos,  tenemos libertad  para entrar en el Lugar santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo,  esto es,  de su carne.

Pues hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre.


 DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


El Espíritu de la Palabra de Dios me ha enseñado que el camino a la presencia de mi Padre Celestial es únicamente a través del Señor Jesús.  Él es el Camino, la Verdad y la Vida. No hay otra manera para mí para llegar al Padre de Gloria, sino por medio de Él. En el Señor Jesús, tengo una revelación perfecta de Dios y Padre. Por medio del Señor Jesucristo, puedo ver y conocer el corazón de Dios. Si alguna vez me pregunto lo que Dios piensa de mí, puedo mirar al Señor Jesús en Su Palabra  y Él es mi respuesta.


Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv