viernes, 1 de abril de 2011

El Amor de Dios!!


1 Corintios 13:4-8 RV95
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, sino que se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, cesarán las lenguas y el conocimiento se acabará.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Mi Padre Celestial es amor.  Él me ama con todo Su corazón porque esa es Su Naturaleza. Él es paciente y amoroso conmigo y no me hacen sentir mal en Su presencia. No es grosero (dominante o agresivo) hacia mí.  Libremente me da todo lo que tiene.  No guarda ira hacia mí, ni se acuerda de mis errores. Jesús no se agrada de las malas acciones, sino que se regocija cuando la Verdad se manifiesta a través de mí.  Me cubre como con un escudo, sin importar lo que esté pasando en mi vida. Él siempre ve lo mejor de mí y aunque soy imperfecto, en el Señor Jesús tengo aprobación para con Dios. Jesús es mi defensor, Jesús me ama y me ha dado la victoria. El Amor nunca falla, Mi Dios NUNCA falla. Dios es Amor!!!
Leer fonéticamente

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.