jueves, 31 de enero de 2013

El mismo poder del Señor Jesús esta hoy en mí.


Lucas 5:17-25; Marcos 2:8; 11:23-24; Lucas 8:43-48; 20:23; Santiago 5:14-16; Juan 20:22-23; 1Corintios 2:6-16; 2Corintios 5:20; Gálatas 4:5-6

Un día, mientras enseñaba, estaban sentados allí algunos fariseos y maestros de la ley que habían venido de todas las aldeas de Galilea y Judea, y también de Jerusalén. Y el poder del Señor estaba con él para sanar a los enfermos.  Entonces llegaron unos hombres que llevaban en una camilla a un paralítico. Procuraron entrar para ponerlo delante de Jesús,   pero no pudieron a causa de la multitud. Así que subieron a la azotea y, separando las tejas, lo bajaron en la camilla hasta ponerlo en medio de la gente, frente a Jesús. Al ver la fe de ellos, Jesús dijo: --Amigo, tus pecados quedan perdonados.   Los fariseos y los maestros de la ley comenzaron a pensar: ¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? Pero Jesús supo lo que estaban pensando y les dijo: --¿Por qué razonan así?  ¿Qué es más fácil decir: Tus pecados quedan perdonados, o Levántate y anda?  Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados --se dirigió entonces al paralítico--: A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. Al instante se levantó a la vista de todos, tomó la camilla en que había estado acostado, y se fue a su casa alabando a Dios.
                                                
Pero inmediatamente Jesús, percibiendo en su Espíritu  que ellos decían, les dijo: "¿Por qué están pensando estas cosas?  
                                                        
¡Sí! Les digo que aquel que no dude en su corazón, sino que confíe que lo que dice sucederá, puede decir a esta montaña: '¡Vete y échate a ti misma en el mar!' Y le será hecho.  Por lo tanto les digo: Lo que sea que pidan en oración, confíen que lo están recibiendo, y será de ustedes.

Una mujer que sufría de flujo de sangre desde hacía doce años, y no podía ser sanada por nadie, se le acercó por detrás y tocó los nudos de su manto; y al instante se detuvo su hemorragia.  Jesús preguntó: "¿Quién me tocó?" Cuando todos negaron haberlo hecho, Pedro le dijo: "¡Rabí! ¡Las multitudes te están apretujando y dando empellones!"  Pero Jesús dijo: "Alguien sí me tocó, porque Yo sentí poder saliendo de Mí."   Viendo la mujer que no podía escapar inadvertida, temblando de miedo, se postró delante de Él y confesó en presencia de todo el pueblo por qué causa le había tocado y cómo había sido sanada al instante.  Le dijo a ella: "Mi hija, tu fe [confianza en mi Palabra] te ha sanado; vete en paz.

Pero El, dándose cuenta de la astucia de ellos, les dijo:

¿Hay alguno entre ustedes enfermo? Debe llamar a los ancianos de la Iglesia. Ellos orarán por él y frotarán aceite de oliva sobre él en El Nombre del Señor. La oración ofrecida con fe sanará al que está enfermo. El Señor restaurará su salud, y si ha cometido pecados, serán perdonados.  Por lo tanto, abiertamente reconozcan sus pecados el uno al otro, y oren el uno por el otro, para que sean sanados. La oración de una persona justificada es poderosa y efectiva. 

Habiendo dicho esto, sopló sobre ellos, y les dijo: "¡Reciban el Espíritu Santo de Dios!"   Si ustedes remiten los pecados de alguien, sus pecados serán remitidos; si los retienen, serán retenidos."

 Aún hay una sabiduría de la cual estamos hablando para que los que son suficientemente maduros, pero no es sabiduría de este mundo o de los gobernantes de este mundo, que están en el proceso de pasar a la otra vida.  Por el contrario, estamos comunicando una sabiduría secreta de YAHWEH, que ha estado oculta hasta ahora, pero que antes que la historia comenzara YAHWEH había decretado que nos traería gloria.  Ni uno de los gobernantes de este mundo lo ha entendido, porque si lo hubieran comprendido, no hubieran ejecutado al Señor de quien fluye esta gloria.  Pero como dice la Escritura: "Ningún ojo ha visto, ni oídos han escuchado y el corazón de nadie se ha imaginado todas las cosas que YAHWEH ha preparado para aquellos que le aman."  Es a nosotros, sin embargo, que YAHWEH ha revelado estas cosas. ¿Cómo? Por medio del Espíritu Santo. Porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las mayores profundidades de YAHWEH.  Porque, ¿quién sabe los asuntos internos de una persona, excepto el espíritu de la propia persona que mora dentro de ella? Asimismo nadie sabe los asuntos internos de YAHWEH excepto el Espíritu Santo de YAHWEH.   Ahora bien, no hemos recibido el espíritu  del mundo, sino el Espíritu Santo de YAHWEH, para que podamos entender las cosas que YAHWEH nos ha dado libremente.  Estas son las cosas de las cuales estamos hablando, cuando rechazamos la forma de hablar que dicta la sabiduría humana y, en cambio, usamos la forma de hablar que nos dicta el Espíritu Santo, por la cual explicamos cosas del Espíritu a las personas que tienen el Espíritu Santo.  Pero el hombre natural no recibe las cosas del Espíritu Santo de YAHWEH, ¡para él son absurdas! Además, él no tiene capacidad para entenderlas, porque son evaluadas por medio del Espíritu Santo.   Pero la persona que tiene el Espíritu Santo puede evaluarlo todo, mientras nadie está en la posición para evaluarlo a él.  Porque, ¿quién ha conocido la mente de YAHWEH? ¿Quién le aconsejará? ¡Pero tenemos la mente del Cristo el Mesías!

Así que, somos embajadores del Ungido de YAHWEH [Cristo]; en efecto, YAHWEH está haciendo su apelación por medio de nosotros. Lo que hacemos es apelar por medio del Ungido de YAHWEH: "¡Que sean reconciliados con YAHWEH!

Para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.  Ahora, por ustedes ser hijos, YAHWEH ha puesto en nuestros corazones el Espíritu Santo de su Hijo, el Espíritu que clama: "¡Abba!" (esto es: "¡Amado Padre!")

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Puedo ver cuando la fe ha crecido en el corazón de una persona, y como portador del poder de Dios, siempre estoy listo para orar por los enfermos y en el Nombre de Jesús para que reciban la sanidad que necesitan. En Señor Jesús tengo la capacidad y autoridad para liberar a un individuo del poder del pecado y de proporcionar la sanidad de cualquier área de su vida. La Palabra de Dios que hablo con fe es la portadora de Su Poder en esta tierra y traen liberación a los cautivos de las fuerzas de la oscuridad. En el Señor Jesús, puedo discernir los pensamientos, las preguntas y las intenciones de quienes se oponen a la Verdad y tengo toda la sabiduría que necesito para manejar cualquier situación o confrontación que venga de ellos. Soy un hombre que confía en el Señor Jesús y lo que dice Su Palabra, es decir de fe.  El poder del pecado se ha roto en mi vida.  Tengo todo el derecho y acceso al poder de sanidad que Dios tanto anhela que tenga para servirle con gozo a Él  y manifestar la gloria de Jesús en esta tierra.

Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv

Puedes ver otros blogs
·         La lectura de la Palabra de Dios en diferentes versiones.
·         La enseñanza de la semana