martes, 14 de diciembre de 2010

Escoge La Bendición

Deuteronomio 11:18-28 (RV95)
Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes, y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas; para que sean vuestros días, y los días de vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra. Porque si guardareis cuidadosamente todos estos mandamientos que yo os prescribo para que los cumpláis, y si amareis a Jehová vuestro Dios, andando en todos sus caminos, y siguiéndole a él, Jehová también echará de delante de vosotros a todas estas naciones, y desposeeréis naciones grandes y más poderosas que vosotros. Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie será vuestro; desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Éufrates hasta el mar occidental será vuestro territorio. Nadie se sostendrá delante de vosotros; miedo y temor de vosotros pondrá Jehová vuestro Dios sobre toda la tierra que pisareis, como él os ha dicho.  He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, y la maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido.

DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


Señor Jesús te entrego mi corazón, alma y cuerpo, y me someto a Tu Palabra. Medito en Tu Palabra en su totalidad. Me rindo a todos sus estatutos, como si se tratara de una señal en mi mano y un adorno delante de mis ojos. Las escribo en los postes de mi casa, y sobre mi puerta.  Por la Palabra de mi Padre Celestial  los días de mis hijos se multiplican.  Yo lo amo y camino conforme a Su Palabra.   Estoy decidido a unirme a Él en el amor.   Jesús es mi ejemplo,  y siempre está conmigo.  Mis enemigos huyen delante de mí, y se van despojados.   Cada lugar que la planta de mis pies pisare, el Padre me lo da en posesión, y es mío y lo reclamo para el reino de Dios.  No hay un alma en toda la creación que tenga la capacidad de triunfar sobre mí.   Él ha puesto delante de mí la elección de vivir bajo Su bendición o bajo la maldición. La decisión es mía. Y puedo ser bendecido si elijo creer, obedecer y hacer todo lo que Sus Mandamientos y Sus  Estatutos me indican en Su Palabra, o puedo ser maldecido si decido rechazarla.  He decidido escoger la Bendición! 

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.