domingo, 4 de septiembre de 2011

Camino por la senda que es Jesús.


  Salmo 128:1-4: Efesios 5:1; Juan 10:10; Eclesiastés 2:24, 3:22;Salmo 52:8, 144:12, 127:3-5; 1 Pedro 3:10-11
Dichosos todos los que temen al Señor, los que van por sus caminos.
Lo que ganes con tus manos, eso comerás; gozarás de dicha y prosperidad.
En el seno de tu hogar, tu esposa será como vid llena de uvas; alrededor de tu mesa, tus hijos serán como vástagos de olivo.
Tales son las bendiciones de los que temen al Señor.

Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados

El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.

Nada hay mejor para el hombre que comer y beber, y llegar a disfrutar de sus afanes. He visto que también esto proviene de Dios,

 He visto, pues, que nada hay mejor para el hombre que disfrutar de su trabajo, ya que eso le ha tocado. Pues, ¿quién lo traerá para que vea lo que sucederá después de él?

Pero yo soy como un olivo verde que florece en la casa de Dios; yo confío en el gran amor de Dios eternamente y para siempre.

Que nuestros hijos, en su juventud, crezcan como plantas frondosas; que sean nuestras hijas como columnas esculpidas para adornar un palacio.

Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa.  Como flechas en las manos del guerrero son los hijos de la juventud. Dichosos los que llenan su aljaba con esta clase de flechas.  No serán avergonzados por sus enemigos cuando litiguen con ellos en los tribunales.

En efecto, «el que quiera amar la vida y gozar de días felices, que refrene su lengua de hablar el mal y sus labios de proferir engaños;  que se aparte del mal y haga el bien; que busque la paz y la siga.


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

Camino por la senda del Señor Jesus Todopoderoso, como un buen hijo y discípulo.  Imito al Señor Jesús en todo lo posible, de acuerdo a Su Palabra, para vivir como el Señor me manda.  Como del fruto de mi trabajo y vivo con el gozo, paz, y gracia ante Dios.  Mi esposa es fructífera y productiva  y mis hijos son ungidos y bendecidos en mi mesa.  Me gozo en la vida que Dios me ha dado para vivir.


Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan
3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv