miércoles, 28 de diciembre de 2011

¡Se ha derramado el Espíritu del Señor Jesús sobre mi.


Isaías 32:15-17; 44:3; Gálatas 3:14; Hechos 2:2-4; Juan 16:13-15; 14:13-14; Salmo 91:7; Proverbios 12:7; Salmo 112:4, 10

Hasta que sobre nosotros sea derramado el espíritu de lo alto. Entonces el desierto se convertirá en campo fértil y el campo fértil será como un bosque. Habitará el juicio en el desierto y en el campo fértil morará la justicia. El efecto de la justicia será la paz  y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre.  

Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, ríos sobre la tierra seca. Mi espíritu derramaré sobre tu descendencia,  y mi bendición sobre tus renuevos.

Para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzara a los gentiles,  a fin de que por la fe recibiéramos la promesa del Espíritu.

De repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba,  el cual llenó toda la casa donde estaban; y se les aparecieron lenguas repartidas,  como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo  y comenzaron a hablar en otras lenguas,  según el Espíritu les daba que hablaran.

Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.

Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

Caerán a tu lado mil y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegarán.

Dios trastorna a los malvados y dejan de existir, pero la casa de los justos permanece firme.

Resplandeció en las tinieblas luz a los rectos; Es clemente, misericordioso y justo.

Lo verá el impío y se irritará; Crujirá los dientes, y se consumirá. El deseo de los impíos perecerá.


DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

He recibido la Promesa del Padre Celestial y hoy Su Santo Espíritu mora dentro de mí, y me guía a seguir Su Palabra,  para poder ver, oír y  emitir juicio sobre las circunstancias adversas que me rodean.  Pedir al Padre Celestial en el nombre del Señor Jesús se vuelvan favorables a mi vida y las circunstancias favorables se vuelva en abundancia. Porque vivir paz es el efecto de haber puesto mi confianza en Su Palabra.   


Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv