jueves, 16 de junio de 2011

La Bendicion Del Señor Jesús Esta Sobre Mi.


Proverbios 10:22-24; Salmo 112:1-3; Daniel 1:17, 20; Juan 16:13

La bendición de YAHWEH está sobre la cabeza del justo, lo enriquece y El no mezcla tristeza con ella. Para un necio, la violencia es un juego, como es la sabiduría para una persona con discernimiento. Un necio es rodeado de destrucción, mas al justo se le dará su deseo.    Kadosh.


·         ¡Halleluyah! א Bendecido es el hombre que teme a YAHWEH, ב grandemente se deleita en sus mandamientos.  ג Su descendencia  será poderosa en la tierra, ד una generación bendita de gente recta.  ה Gloria y riquezas habrá en su casa, ו y su justicia permanece para siempre   Kadosh

·        A estos cuatro jóvenes Dios los dotó de sabiduría e inteligencia para entender toda clase de literatura y ciencia. Además, Daniel podía entender toda visión y todo sueño. NVI

·        Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta sino que dirá sólo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir. NVI


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS


Mi Padre Celestial me ha bendecido con abundancia de riquezas y la riqueza eterna es libre de todo problema que los ricos de este mundo tienen que soportar.  Soy un hombre con entendimiento, que encuentro gran alegría en la sabiduría que el Señor Jesús me  da.   Lo primero que pienso es en buscar el consejo de mi Padre Celestial a través de Su Espíritu, y por Su Justicia, Él me da todo lo que deseo.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.