sábado, 22 de enero de 2011

Jesús Me Ha Dado Un Corazón De Carne

Ezequiel  11:17-20
Adviérteles también que así dice el Señor omnipotente: Yo los reuniré de entre las naciones; los juntaré de los países donde han estado dispersos, y les daré la tierra de Israel.   Ellos volverán a su tierra y echarán de allí a los ídolos detestables y pondrán fin a las prácticas repugnantes.  Yo les daré un corazón íntegro, y pondré en ellos un espíritu renovado. Les arrancaré el corazón de piedra que ahora tienen, y pondré en ellos un corazón de carne, para que cumplan mis decretos y pongan en práctica mis leyes. Entonces ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


He sido renovado por Dios porque ahora el Señor Jesús es mi Rey y mi Señor, por lo tanto soy parte de Su familia real.  Me ha apartado para Él, ya no soy del mundo y sus costumbres.   Jesús ha cambiado mi corazón y ahora está dedicado a hacer Su voluntad, Él lo ha llenado con Su Espíritu. Ya no tengo un corazón frío de piedra conforme al mundo, sino que  hoy me ha dado un corazón de carne para cumplir Su Palabra, para andar en la ley del amor, la ley del espíritu y la ley de la perfecta libertad. Vivo cada día consciente de que soy su hijo y que Él es mi Padre Celestial y mi Dios.  

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén