lunes, 18 de julio de 2011

Adoro al Señor Jesús por medio de Su Espíritu.


Filipenses 3:2-3; Gálatas 5:1; Romanos 2:29, 3:21-31; Juan 4:22-24

"Cuídense de los que son como perros, de los que hacen cosas malas. ¡Ojo con los mutiladores del cuerpo!"  "Nosotros somos los que estamos verdaderamente circuncidados, los que adoramos a Dios por medio de su Espíritu y nos alegramos de lo que Cristo hace en nuestra vida sin poner nuestra confianza en lo que logramos por nosotros mismos."

  • ·         Ahora somos libres porque Cristo nos liberó. Manténganse firmes en la libertad y no vuelvan a la esclavitud de la ley.

  • ·         "Uno es verdaderamente judío cuando lo es en su interior. La verdadera circuncisión está en el corazón y se hace por el Espíritu, y no por lo que está escrito. El que tiene la circuncisión de corazón, por el Espíritu recibe la aprobación de Dios y no la de los demás."

  • ·         "Pero ahora Dios nos muestra lo que anunciaban la ley y los profetas: la manera en que Dios nos aprueba no tiene nada que ver con la ley,"  "sino que tiene que ver con la fe en Jesucristo. Dios aprueba a todo el que tiene fe en Jesucristo, no importa quién sea."   Todos pecaron y por eso no pueden participar de la gloria de Dios. "Dios, por su generoso amor, aprueba a todos los que creen. Es un regalo de Dios hecho posible porque Cristo Jesús nos liberó del pecado."  "Dios ofreció a Jesucristo para hacer posible, por medio de su muerte, el perdón de los pecados. El perdón se recibe a través de la fe. Él ofreció a Jesucristo como sacrificio para demostrar que él siempre es justo en lo que hace. Lo demostró en el pasado cuando en su paciencia pasó por alto los pecados de muchos, y también ahora al aprobar a todo aquel que confía en Jesús."   "Así que no podemos presumir de nada porque la fe no da lugar al orgullo, como sí lo da el cumplir la ley."  Por eso decimos que uno es aprobado por la fe y no por cumplir la ley.  ¿Acaso Dios es sólo Dios de los judíos? ¿No lo es también de los que no son judíos? ¡Claro que sí!  “Hay un solo Dios y él aprobará a los judíos por la fe, pero también por la fe aprobará a los que no son judíos."   "Entonces, ¿con la fe eliminamos la ley? ¡De ninguna manera! Por el contrario, confirmamos lo que la ley enseña."

  • ·         Ustedes los samaritanos adoran algo que no entienden. Nosotros los judíos sabemos lo que adoramos porque Dios salvará al mundo por medio de los judíos. Pero llegará el momento para adorar a Dios de una forma diferente y ese momento ya ha llegado. Los que en realidad adoran a Dios lo hacen espiritual y verdaderamente. Dios está buscando gente que lo adore así.  "Dios es Espíritu, y los que le adoran deben adorarlo espiritual y verdaderamente…"

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

Estoy alerta y en guardia contra aquellos que hacen mal, anulando la Gracia de Dios en sus enseñanzas.  Estoy decidido a no regresar a la esclavitud, a la reglamentación de la Ley de Moisés porque ahora soy de la verdadera circuncisión, ahora mi espíritu ha sido circuncidado.  Soy uno con Cristo y con seguridad descanso en Su justicia.  Por medio del Espíritu de Dios, puedo rendir culto de adoración al Señor Jesús y no confió en el poder de mi fuerza ni en mis capacidades.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.