martes, 14 de junio de 2011

El Padre Celestial Ha Mostrado Su Amor



1 Juan 4:9-10; Juan 3:16-17; Gálatas 4:4-6; Romanos 5:6-8

1Jn 4:9  En esto se mostró el amor de Dios en nosotros, en que Dios envió su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
1Jn 4:10  En esto consiste el amor, no que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo para ser propiciación por nuestros pecados.

·        Porque de tal manera amó Dios al mundo, que haya dado a su Hijo unigénito; para que todo aquel que en él creyere, no se pierda, mas tenga vida eterna.  Porque no envió Dios a su Hijo al mundo, para que condene al mundo; sino para que el mundo sea salvo por él.
·        Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, hecho de mujer, hecho debajo de la ley;  Para que redimiese los que estaban debajo de la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, envió Dios el Espíritu de su Hijo en vuestros corazones, el cual clama: Abba. Padre.
·        Porque Cristo, cuando éramos aun sin fuerza, a su tiempo murió por los impíos.  Porque apenas morirá alguno por un justo; aunque quizá por uno bueno podrá ser que alguno aun osare morir. Mas Dios encarece su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

Dios mostró su amor por al enviar a Jesús al mundo para que vivamos por El. Esto es amor en estado puro  - no es que haya hecho algo para que el Padre enviara al Hijo sino que el Padre me amó tanto que envió a Jesús por mí. Lo hizo para que Su ira se fuera lejos de y me ha hecho Su propio hijo. De hecho, he sido perdonado de todo pecado y ahora soy un hijo de Dios todopoderoso!


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

El Señor Jesús Es Mi Esperanza


Hebreos 7:17-21; 2Corintios 5:21; Santiago 4:7-8; Colosenses 2:13-15

Porque esto es lo que Dios dice de él: “Tú eres sacerdote para siempre, de la misma clase que Melquisedec.”  Así que el mandato anterior quedó cancelado porque era débil e inútil, pues la ley de Moisés no perfeccionó nada; y en su lugar tenemos una esperanza mejor, por la cual nos acercamos a Dios. Dios garantizó esto con un juramento. Los otros sacerdotes fueron nombrados sin juramento alguno.

·        Cristo no cometió pecado alguno, pero por causa nuestra Dios lo hizo pecado, para así, en Cristo, hacernos a nosotros justicia de Dios.
·        Someteos, pues, a Dios. Resistid al diablo, y este huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. ¡Limpiaos las manos, pecadores!
·        En otro tiempo estabais muertos espiritualmente a causa de vuestros pecados y por no haber sido circuncidados; pero ahora Dios os ha dado vida juntamente con Cristo, en quien nos ha perdonado todos los pecados. Dios canceló la deuda que había en contra vuestra y que nos obligaba con sus requisitos legales: le puso fin clavándola en la cruz.   Por medio de Cristo, Dios venció a los seres espirituales que tienen poder y autoridad, y los humilló públicamente llevándolos prisioneros en su desfile victorioso.



DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

El Señor Jesús me ha introducido a una mejor esperanza para que yo pueda acercarme a Dios sin ningún sentido de  culpabilidad ante Su presencia.  Jesús lo ha hecho y Él es mi Sumo Sacerdote.  Al pagar mi precio,  Él ha dejado de lado la Ley de Moisés,  porque esta era débil e inútil y no me daba rectitud. Ahora, en Jesús, he sido hecho justo ante los ojos de Dios.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.