martes, 10 de mayo de 2011

Jesús Bendecirá la Morada del Justo


Proverbios 3:29-35 RV1909
No intentes mal contra tu prójimo, Estando él confiado de ti.    No pleitees con alguno sin razón, Si él no te ha hecho agravio.  No envidies al hombre injusto, Ni escojas alguno de sus caminos.  Porque el perverso es abominado de Jehová: Mas su secreto es con los rectos.  La maldición de Jehová está en la casa del impío; Mas él bendecirá la morada de los justos.  Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores, Y a los humildes dará gracia.  Los sabios heredarán honra: Mas los necios sostendrán ignominia.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

Nunca confabularé complot en contra de mi prójimo. Debido a que Jesús mora en mi corazón, mi prójimo habita seguro a mi lado y disfrutamos de paz entre nosotros. No peleo con otros sin una causa. No voy a permitir que las suposiciones me muevan en contra de alguien, cuando no me han hecho ningún daño. No envidio al opresor ni elijo ninguno de sus caminos. Sé que la altivez y la perversidad son abominación al Señor Jesús por lo tanto no me volveré de esa manera. Soy la justicia de Dios en Cristo Jesús, mi Señor, y como Su amigo cercano e íntimo, Su secreto está conmigo. La maldición de Jehová está en la casa de los impíos, pero mi hogar es bendito. El Señor Jesús desprecia a los escarnecedores, pero a mí me da Su gracia en abundancia. !La vergüenza será la promoción de los tontos, pero yo heredaré Su gloria!
Leer fonéticamente

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.