Mateo 16:19; 6:10-11; 18:18-20; Marcos 3:27
Te daré
las llaves del reino de los cielos; todo
lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará
desatado en el cielo.
Ustedes deben orar así: “Padre nuestro que
estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo.”
Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la
tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará
desatado en el cielo. Además les digo que si dos de ustedes en la tierra se
ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi Padre
que está en el cielo. Porque donde do s
o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Ahora bien, nadie puede entrar en la casa de
alguien fuerte y arrebatarle sus bienes a menos que primero lo ate. Sólo entonces
podrá robar su casa.
DECLARACIÓN
DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.
El
Jesús me ha dado las llaves del reino de los cielos para usarlas con amor. Dios me ha dado la autoridad para atar y
desatar. Esta ley ha sido escrita y establecida por el Señor Jesús, así que
todo lo que ate en la tierra está atado en el cielo y todo lo que desate en la
tierra es desatado en el cielo. Tengo la
comprensión de Su Palabra, tengo El Espíritu Santo, tengo al Señor Jesús y
puedo vencer los problemas de la vida declarando Su Palabra con fe.
Si no has recibido a Jesús tú Señor simplemente has la siguiente
oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti
en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre
del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor,
y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo»
(Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo
venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del
Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra.
Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre
los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como
lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.
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