1 Corintios 2:6-10; Mateo 13:11-15; Romanos
8:28-30; 1 Corintios 14:2, 13; Daniel 2:22-23
En cambio, hablamos con sabiduría entre los que
han alcanzado madurez, pero no con la sabiduría de este mundo ni con la de sus
gobernantes, los cuales terminarán en nada. Más bien, exponemos el misterio de
la sabiduría de Dios, una sabiduría que ha estado escondida y que Dios había
destinado para nuestra gloria desde la eternidad. Ninguno de los gobernantes de este mundo la
entendió, porque de haberla entendido no habrían crucificado al Señor de la
gloria. Sin embargo, como está escrito: "Ningún ojo ha visto, ningún oído
ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para
quienes lo aman." Ahora bien, Dios
nos ha revelado esto por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo examina
todo, hasta las profundidades de Dios.
A ustedes se
les ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos; pero a ellos no. Al que tiene, se le dará más, y tendrá en
abundancia. Al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará. Por eso les
hablo a ellos en parábolas: "Aunque miran, no ven; aunque oyen, no
escuchan ni entienden. En ellos se cumple la profecía de Isaías: Por mucho que
oigan, no entenderán; por mucho que vean, no percibirán. Porque el corazón de
este pueblo se ha vuelto insensible; se les han tapado los oídos, y se les han
cerrado los ojos. De lo contrario, verían con los ojos, oirían con los oídos,
entenderían con el corazón y se convertirían, y yo los sanaría.
Ahora bien,
sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los
que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios
conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen
de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los
que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.
Porque el
que habla en lenguas no habla a los demás sino a Dios. En realidad, nadie le
entiende lo que dice, pues habla misterios por el Espíritu.
Por esta
razón, el que habla en lenguas pida en oración el don de interpretar lo que
diga.
Él revela lo
profundo y lo escondido, y sabe lo que se oculta en las sombras. ¡En él habita
la luz! A ti, Dios de mis padres, te alabo y te doy
gracias. Me has dado sabiduría y poder, me has dado a conocer lo que te
pedimos, ¡me has dado a conocer el sueño del rey!
DECLARACIÓN DE FE DE
ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS
Predico de la sabiduría de Dios a aquellos que son maduros y capaces de
escuchar. No es sabiduría de este siglo, o de aquellos considerados como
líderes sabios de este mundo. Por el
contrario, les predico a aquellos que están listos, a ellos hablo sabiduría de
Dios, la que una vez estuvo oculta, pero ahora se revela en y a través de
nosotros, la cual Dios ideó y decretó desde la fundación del mundo para nuestra
gloria que es del Señor Jesús en nosotros.
Esto fue escrito para el pueblo del antiguo pacto: Ningún ojo ha visto, ni oído oyó, ni ninguna
mente ha concebido lo que Dios ha preparado para los que le aman. ¡Pero hoy Dios me lo ha revelado a mí, que soy
Su hijo por haber recibido al Señor Jesús en mi corazón como mi Dios y mi Señor
y por el Espíritu Santo que mora en mí!
Si no has recibido a
Jesús tú Señor, te invito a hacer
la siguiente oración creyendo en tu
corazón y Jesucristo será tu Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra
dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si
confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios
le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste
que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de
nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del
Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo
en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi
corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de
mi vida. Amén.
Si tus has hecho esta oración escríbeme o
esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.
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familiares.
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