martes, 24 de julio de 2012

¡El Señor Jesús es mi Dios!


Deuteronomio 1:11; Génesis 13:2; 14:18-23; Salmo 103:17; Deuteronomio 8:18; 28:1-14; Isaías 55:11

¡Qué YAHWEH, el Elohim de sus padres, los multiplique aun mil veces más y los bendiga, como Él les ha prometido!

Gen 13:2  Abram se había hecho muy rico en ganado, plata y oro.

Gen 14:18  Y Melquisedec, rey de Salén y sacerdote del Dios altísimo, le ofreció pan y vino.  Luego bendijo a Abram con estas palabras: "¡Que el Dios altísimo, creador  del cielo y de la tierra, bendiga a Abram!   ¡Bendito sea el Dios altísimo, que entregó en tus manos a tus  enemigos!" Entonces Abram le dio el diezmo de todo.  El rey de Sodoma le dijo a Abram: Dame las personas y quédate con los bienes.  Pero Abram le contestó: He jurado por el Señor, el Dios altísimo, creador del cielo y de la tierra, que no tomaré nada de lo que es tuyo, ni siquiera un hilo ni la correa de una sandalia. Así nunca podrás decir: Yo hice rico a Abram.

Psa 103:17  Pero el amor del Señor es eterno y siempre está con los que le temen; su justicia está con los hijos de sus hijos

Deu 8:18  Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para producir esa riqueza; así ha confirmado hoy el  pacto que bajo juramento hizo con tus antepasados.

Deu 28:1  Si realmente escuchas al Señor tu Dios, y cumples fielmente todos estos mandamientos que hoy te ordeno, el Señor tu Dios te pondrá por encima de todas las naciones de la tierra. Si obedeces al Señor tu Dios, todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te acompañarán siempre: Bendito serás en la ciudad, y bendito en el campo. Benditos serán el fruto de tu vientre, tus cosechas, las crías de tu ganado, los terneritos de tus manadas y los corderitos de tus rebaños. Benditas serán tu canasta y tu mesa de amasar. Bendito serás en el hogar, y bendito en el camino. El Señor te concederá la victoria sobre tus enemigos. Avanzarán contra ti en perfecta formación, pero huirán en desbandada. El Señor bendecirá tus graneros, y todo el trabajo de tus manos. El Señor tu Dios te bendecirá en la tierra que te ha dado. El Señor te establecerá como su pueblo santo, conforme a su juramento, si cumples sus mandamientos y andas en sus caminos.  Todas las naciones de la tierra te respetarán al reconocerte como el pueblo del Señor. El Señor te concederá abundancia de bienes: multiplicará tus hijos, tu ganado y tus cosechas en la tierra que a tus antepasados juró que te daría. El Señor abrirá los cielos, su generoso tesoro, para derramar a su debido tiempo la lluvia sobre la tierra, y para bendecir todo el trabajo de tus manos. Tú les prestarás a muchas naciones, pero no tomarás prestado de nadie.   El Señor te pondrá a la cabeza, nunca en la cola. Siempre estarás en la cima, nunca en el fondo, con tal de que prestes atención a los mandamientos del Señor tu Dios que hoy te mando, y los obedezcas con cuidado. Jamás te apartes de ninguna de las palabras que hoy te ordeno, para seguir y servir a otros dioses.

Isa 55:11  así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos.



DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Mi Padre Celestial, el Dios de mis antepasados, me bendice.  El Señor Jesús es mi Dios y Su bendición esta en mi tal como lo ha prometido. Su Palabra es Verdad y  reina en mi vida.


Si no has recibido a  Jesús tú Señor, te invito a  hacer  la siguiente oración creyendo en tu corazón y Jesucristo será tu Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.

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