El Señor Jesús sustenta todo con el poder de Su Palabra.
Hosanna en las Alturas, Jesús es el Señor
Hebreos 1:1-4; Números 12:6; Juan 1:1-5, 14; 14:7-11; 16:13-14; Colosenses
1:17; Romanos 4:24; 5:2; Galatas2:20
Dios, habiendo hablado muchas veces
y de muchas maneras en otro tiempo a los padres
por los profetas, en estos
últimos días nos ha hablado por el Hijo,
a quien constituyó heredero de todo y por quien asimismo hizo el
universo. Él, que es el resplandor de su gloria,
la imagen misma de su sustancia y quien sustenta todas las cosas con la
palabra de su poder, habiendo efectuado
la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra
de la Majestad en las alturas, hecho
tanto superior a los ángeles cuanto que heredó más excelente nombre que ellos
Y Jehová les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros un profeta de
Jehová, me apareceré a él en visión, en sueños le hablaré.
En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Este estaba en el principio con Dios. Todas
las cosas por medio de él fueron hechas,
y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. En
él estaba la vida, y la vida era la luz
de los hombres. La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no la dominaron.
Y el Verbo se hizo carne y
habitó entre nosotros lleno de gracia y
de verdad; y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre.
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas
hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy,
pues, a preparar lugar para
vosotros. Y si me voy y os preparo lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo esté, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo,
pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino,
la verdad y la vida; nadie viene
al Padre sino por mí. Si me conocierais, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.
Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me
has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí ha visto al Padre;
¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que Yo
Soy en el Padre y el Padre en mí? Las
palabras que yo os hablo, no las hablo
por mi propia cuenta, sino que el
Padre, que vive en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga y os hará
saber las cosas que habrán de venir. Él
me glorificará, porque tomará de lo mío
y os lo hará saber.
Y él es antes que todas las
cosas, y todas las cosas en él subsisten.
Sino también con respecto a nosotros a quienes igualmente ha de ser
contada, es decir, a los que creemos en aquel que levantó de los
muertos a Jesús, Señor nuestro.
Por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual
estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Con Cristo estoy juntamente crucificado,
y ya no vivo yo, mas vive Cristo
en mí; y lo que ahora vivo en la
carne, lo vivo en la fe del Hijo de
Dios, el cual me amó y se entregó a sí
mismo por mí.
DECLARACION
DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.
En el pasado, Dios habló
a mis antepasados por medio de los profetas en muchas ocasiones y de muchas
maneras, pero hoy Dios me habla directamente, a través del Señor Jesús que es
la Palabra a quien constituyó heredero de todas las cosas, y por el cual Él
creó el universo. Él es el resplandor de la gloria de Dios y la imagen misma de
Su ser, sostiene todas las cosas por el poder de la Palabra. Después de que Jesús
me justificó, se sentó a la diestra de la Majestad de Dios Padre en los cielos.
Ahora, después de haber sido bautizado
en el Espíritu Santo, me identifico con todo lo que Él es y todo lo que hizo. ¡Hoy vivo para la gloria de Su Nombre porque
Jesus me amo y se entregó a si mismo por mí! Aleluya. Amen.
Si no has recibido a Jesús tú Señor simplemente has la siguiente
oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti
en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre
del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor,
y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo»
(Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo
venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del
Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra.
Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre
los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como
lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección:
enriqueibarra.@integra.com.sv
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