Porque
Jehová redimió a Jacob, lo redimió de mano del más fuerte que él. Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de
Sion, y correrán al bien de Jehová, al pan, al vino, al aceite, y al ganado de
las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más
tendrán dolor. Entonces la virgen se
alegrará en la danza, los jóvenes y los viejos juntamente; y cambiaré su lloro
en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor. Y el alma del sacerdote
satisfaré con abundancia, y mi pueblo será saciado de mi bien, dice Jehová.
Cristo nos
redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está
escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero, para que en Cristo Jesús la bendición de
Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la
promesa del Espíritu.
Y a
vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne,
os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el
acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria,
quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las
potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
He aquí os
doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del
enemigo, y nada os dañará. Pero no os
regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros
nombres están escritos en los cielos.
Bienaventurado
el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino
que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será
como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.
Alaben su
nombre con danza; Con pandero y arpa a
él canten.
También
vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro
corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.
DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS
El Señor Jesús me ha redimido del poder del
enemigo porque lo despojo de toda autoridad que tenía sobre mí, y lo ha dejado impotente
bajo mis pies. Entro a la presencia de
mi Padre Celestial con gritos de alabanza, de alegría por la abundancia del
amor de Dios. Soy como un huerto de
riego floreciente de belleza y con mucho fruto. El dolor ha sido eliminado de mi vida y danzo con
gran alegría ante la presencia de mi Padre Celestial. Prefiero la alegría al dolor, y mi casa se llena
de la riqueza de la abundancia de Dios en mi vida. Tengo al Señor Jesús que me da vida y vida en
abundancia.
Si no has recibido a Jesús tú Señor simplemente has la siguiente
oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de
Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será
salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu
corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos
10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y
me haga nacer de nuevo (Juan
3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo
pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13;
Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es
el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias
por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por
ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho esta oración escríbeme a la
siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv
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