Deuteronomio 20:3-4; Éxodo 14:13-15; Lucas 10:19; Marcos 3:27; 2 Timoteo 1:12; Josué 1:5-9; 1 Corintios 15:57
Él le dirá: ¡Escucha, Israel! Hoy ustedes irán a la
batalla contra sus enemigos. No pierdan el valor, ni se asusten, ni entren en
pánico ni se aterroricen por ellos, porque el Señor su Dios va con ustedes para
pelear por ustedes contra su enemigo y darles la victoria.
Moisés le dijo al pueblo: —No se atemoricen. Sólo
deténganse a ver cómo el Señor los va a salvar hoy. ¡Nunca más volverán a ver a
estos egipcios! El Señor peleará a favor de ustedes; así que manténganse en
silencio. El Señor le preguntó a Moisés:—¿Por
qué me pides ayuda? Diles a los israelitas que continúen su marcha.
Tengan la seguridad de que les he dado autoridad de
aplastar escorpiones y serpientes, y autoridad sobre todo el poder del enemigo.
Nada les hará daño.
Nadie puede
entrar a la casa de un hombre fuerte y sacar sus pertenencias así nada más.
Primero hay que atar al hombre fuerte y luego sí robar su casa.
Por eso ahora estoy sufriendo a causa de esas buenas
noticias, pero no me avergüenzo. Sé muy bien en quién he confiado y estoy
seguro de que él puede guardar todo lo que ha puesto en mis manos hasta ese
día.
Yo estaré contigo así como estuve con Moisés. Nadie
podrá derrotarte mientras vivas porque yo nunca te abandonaré ni te dejaré. Sé fuerte y valiente porque tú guiarás a este
pueblo para que pueda tomar la tierra que yo prometí a sus antepasados. Pero
tienes que ser fuerte y valiente, obedeciendo los mandamientos que te dio mi
siervo Moisés. Si te mantienes fiel a ellos triunfarás donde quiera que vayas. Repite
siempre las palabras del libro de la ley de Moisés. Estúdialo día y noche, de
manera que puedas actuar de acuerdo a lo escrito en él, para que te vaya bien y
tengas éxito. Te repito: sé fuerte y
valiente. No tengas miedo ni te desanimes porque el Señor tu Dios estará
contigo donde quiera que vayas.
Pero demos gracias a Dios que nos ha dado la victoria
a través de nuestro Señor Jesucristo.
DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.
En la batalla en contra de mis enemigos, no permito
que invadan las promesas que Dios prometió a mis padres me había de dar. Valientemente tomo la ofensiva, porque sé en
quien he creído y estoy totalmente consciente de Su poder dentro de mí. Es el Señor Jesús quien va delante de mí. Él es el primero en enfrentarse al enemigo y
por eso no tengo nada que temer. Me
niego a ceder ante el terror o pánico porque el Señor Jesús pelea por mí y me da
Su victoria y Sus promesas manifestadas en mi!
Si no has recibido a Jesús tú Señor, te invito a hacer la siguiente oración creyendo en tu corazón y Jesucristo
será tu Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el
nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del
Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos
2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a
morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que
si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas
11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que
Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos.
Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste
y por ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho
esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.
Nota:
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