Mateo 13:31-33; Gálatas 6:9; 2 Corintios 4:13; 9:5-11; Hebreos 6:12; Lucas 13:18-19; Génesis 12:3
Les contó otra parábola: "El reino de los cielos
es como un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo. Aunque es la más pequeña de todas las
semillas, cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en
árbol, de modo que vienen las aves y anidan en sus ramas." Les contó otra parábola más: "El reino
de los cielos es como la levadura que una mujer tomó y mezcló en una gran
cantidad de harina, hasta que fermentó toda la masa."
No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido
tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.
Si nos calumnian, los tratamos con gentileza. Se nos
considera la escoria de la tierra, la basura del mundo, y así hasta el día de
hoy.
¿No tenemos
derecho a viajar acompañados por una esposa creyente, como hacen los demás
apóstoles y Cefas y los hermanos del Señor? ¿O es que sólo Bernabé y yo estamos
obligados a ganarnos la vida con otros trabajos? ¿Qué soldado presta servicio
militar pagándose sus propios gastos? ¿Qué agricultor planta un viñedo y no
come de sus uvas? ¿Qué pastor cuida un rebaño y no toma de la leche que
ordeña? No piensen que digo esto
solamente desde un punto de vista humano. ¿No lo dice también la ley? Porque en la ley de Moisés está escrito:
"No le pongas bozal al buey cuando trilla." ¿Acaso se preocupa Dios
por los bueyes, o lo dice más bien por
nosotros? Por supuesto que lo dice por nosotros, porque cuando el labrador ara
y el segador trilla, deben hacerlo con la esperanza de participar de la
cosecha. Si hemos sembrado semilla
espiritual entre ustedes, ¿será mucho pedir que cosechemos de ustedes lo
material?
No sean perezosos; más bien, imiten a quienes por su
fe y paciencia heredan las promesas.
¿A qué se parece el reino de Dios? continuó Jesús.
¿Con qué voy a compararlo? Se parece a
un grano de mostaza que un hombre sembró en su huerto. Creció hasta convertirse
en un árbol, y las aves anidaron en sus ramas.
Haré de ti una nación grande, y te bendeciré; haré
famoso tu *nombre, y serás una bendición.
DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.
Actúo bajo los principios del reino de Dios, en el
espíritu de fe que Dios me ha dado. Entiendo que cuando siembro bajo los
principios del reino de los cielos, son como granos de mostaza. Aunque son semillas pequeñas comparadas con las
otras semillas que fueron sembradas en mi vida, a través de la fe (confianza en
la Palabra de Dios) y la paciencia (manteniéndome firme creyendo la Palabra de
Dios), puedo llegar a hacer que sus raíces ahoguen todo lo que no trae gloria a
Dios. Mi Señor Jesús tiene cuidado de mi,
y me bendice para que tenga todo lo que
necesito y mucho más, de manera que mi
vida se convierte en un refugio para otras persona a mi alrededor.
Si no has recibido a Jesús tú Señor, te invito a hacer la siguiente oración creyendo en tu corazón y Jesucristo
será tu Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el
nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del
Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos
2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a
morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que
si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas
11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que
Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos.
Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste
y por ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho
esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.
Nota:
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