Salmo 137:7-10; Hebreos 13:5-6; Romanos 8:14, 31, 37-39; Juan 10:28-29; 16:13; Josué 1:8
¿A dónde me iré
de tu espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?
Si subiera a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciera mi estrado, allí tú
estás. Si tomara las alas del alba y
habitara en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano y me asirá tu diestra.
Sean vuestras
costumbres sin avaricia, contentos con
lo que tenéis ahora, pues él dijo:
"No te desampararé ni te dejaré". Así que podemos decir confiadamente: “El Señor
es mi ayudador; no temeré
lo que me pueda
hacer el hombre".
Todos los que
son guiados por el Espíritu de Dios, son
hijos de Dios.
¿Qué,
pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
Antes, en todas
estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo
cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni
lo profundo, ni ninguna otra cosa creada
nos podrá separar del amor de Dios, que
es en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre,
que me las dio, mayor que todos
es, y nadie las puede arrebatar de la
mano de mi Padre.
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga y os hará
saber las cosas que habrán de venir.
Nunca se apartará de tu boca este libro de la
Ley, sino que de día y de noche
meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo
que está escrito en él, porque entonces
harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien.
DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.
El Señor Jesús, a través del Espíritu Santo, siempre
está conmigo. Mora dentro de mí, me
guía, y va dondequiera que yo vaya. No importa dónde este, mi Señor y Dios está allí para guiarme y
ayudarme a hacer Su voluntad. Si tomare
las alas del alba, o fuera al otro lado del mar, Dios estará allí conmigo - Su
mano derecha me mantiene seguro y Su amor fortalece mi confianza en el Señor
Jesús.
Si no has recibido a Jesús tú Señor, te invito a hacer la siguiente oración creyendo en tu corazón y Jesucristo
será tu Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el
nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del
Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos
2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a
morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que
si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas
11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que
Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos.
Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste
y por ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho
esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.
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