Malaquías 4:2-3; 2 Corintios 4:6; 5:21; Mateo 4:16; Efesios 5:14; Juan 3:3; Tito 3:5; Lucas 10:17-19; Salmo 91:13
Pero ustedes que temen a Mi Nombre, les nacerá el Sol de justicia, con sanidad en sus alas; y romperán en saltos, como becerros soltados de las amarras. Ustedes pisotearán al perverso, serán ceniza debajo de las plantas de sus pies en el día en que Yo designe, dice YAHWEH-HaElyon (El Señor Todopoderoso).
Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera
en las tinieblas,* hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos
la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo.
Al que no cometió pecado alguno, por nosotros
Dios lo trató como pecador,* para que en él recibiéramos* la justicia de Dios.
El pueblo que habitaba en la oscuridad ha
visto una gran luz; sobre los que vivían en densas tinieblas ha resplandecido
una luz.
Porque la luz es lo que hace que todo sea
visible. Por eso se dice: "Despiértate, tú que duermes, levántate de entre
los muertos, y te alumbrará Cristo."
Yo te
aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino
de Dios respondió Jesús.
El nos salvó, no por nuestras propias obras de
justicia sino por su misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la
regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo.
Cuando los setenta y dos regresaron, dijeron
contentos: --Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre. Yo veía a Satanás caer del cielo como u n
rayo, respondió él. Sí, les he dado autoridad a ustedes para
pisotear serpientes y escorpiones y vencer todo el poder del enemigo; nada les
podrá hacer daño.
Aplastarás al león y a la víbora; ¡hollarás
fieras y serpientes!
DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS
El Señor Jesús, mi Dios, mi sol de Justicia, me ha
levantado Sus manos con sanidad, y libre de adversidades. Estoy seguro en el
poder de su Nombre. He sido revivido, curado y renacido en Su Espíritu. Salgo saltando
como becerros de la manada. Ahora soy un maestro en el Señor Jesús contra las fuerza
de las tinieblas. Y hoy son nada más que cenizas debajo de mis pies.
Si no has recibido a Jesús tú Señor, te invito a hacer la siguiente oración creyendo en tu corazón y Jesucristo
será tu Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el
nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del
Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos
2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a
morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que
si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas
11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que
Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos.
Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste
y por ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho
esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.
Nota:
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