Romanos 8:18-19; Efesios 3:14-16: Mateo
5:10-16; 2 Corintios 4:17; 2 Pedro 3:13
Tengo por
cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria
venidera que en nosotros ha de manifestarse, porque el anhelo ardiente de la
creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.
Por esta causa doblo mis rodillas
ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo (de quien toma nombre toda familia
en los cielos y en la tierra), para
que os dé, conforme a las riquezas de su
gloria, el ser fortalecidos con poder en
el hombre interior por su Espíritu
Bienaventurados los que padecen
persecución por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados seréis cuando por mi causa os
insulten, os persigan y digan toda clase
de mal contra vosotros, mintiendo.
"Gozaos y alegraos, porque
vuestra recompensa es grande en los
cielos, pues así persiguieron a los
profetas que vivieron antes de vosotros.
"Vosotros sois la sal de la tierra;
pero si la sal pierde su sabor,
¿con qué será salada? No sirve
más para nada, sino para ser echada
fuera y pisoteada por los hombres.
"Vosotros sois la luz del mundo;
una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero para que alumbre a
todos los que están en casa. Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres,
para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que
está en los cielos.
Pues esta leve tribulación
momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de
gloria
Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS
No importa las pruebas por las que esté pasando ahora, porque sé que en el Señor
Jesús siempre saldré victorioso y que
con el tiempo la gloria de Dios se manifestara en mí y todos lo verán. Incluso la creación misma espera con ansiedad la manifestación de los hijos e hijas de Dios.
Estoy decidido a reflejar la gloria de
Dios aquí en la tierra porque para eso fui creado.
Si no has recibido a Jesús tú Señor simplemente has la siguiente
oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y
todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares
con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó
de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería
salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo
(Juan
3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del
Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi
corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi
corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de
mi vida. Amén.
Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección:
enriqueibarra.@integra.com.sv
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