Salmo 107:20-21; Mateo 8:8; 2Reyes 20:5; Isaías 53:4-5; Salmo 30:2; Proverbios 3:3-5
Envió su palabra y los sanó; los libró de su ruina. ¡Alaben la misericordia de Jehová y sus maravillas para con los hijos de los hombres!
Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra y mi criado sanará
Vuelve, y dile a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David, tu padre: He oído tu oración, he visto tus lágrimas y voy a sanarte: dentro de tres días subirás a la casa de Jehová.
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, ¡pero nosotros lo tuvimos por azotado, como herido y afligido por Dios! Más él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo, y por sus llagas fuimos nosotros curados.
Jehová, Dios mío, a ti clamé y me sanaste.
Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres. Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia.
DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS
Dios me ha dado Su Palabra para darme vida, sanarme, y librarme de la muerte. Su amor nunca falla. Su Palabra realiza grandes obras y yo lo creo con todo mi corazón y no me apoyo en mi propia lógica ni sentimientos, sino que mi fe está totalmente cimentada en la Palabra del Señor Jesús mi Dios.
Si no has recibido a Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan
3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv
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