martes, 20 de septiembre de 2011

No me aparto del Señor Jesús


2 Crónicas 34:33; Deuteronomio 10:12-13; Mateo 5:29; 1 Pedro 1:15-16; Jeremías 3:10
 
Josías suprimió toda práctica infame en todos los territorios de los israelitas, e hizo que todos los que se encontraban en Israel dieran culto al Señor su Dios. Y mientras él vivió, no se apartaron del Señor, Dios de sus antepasados.

 Y ahora, israelitas, ¿qué pide de vosotros el Señor vuestro Dios? Solamente que le honréis y sigáis todos sus caminos; que le améis y le adoréis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma y que cumpláis sus mandamientos y sus leyes, para que os vaya bien.

Por tanto, si tu ojo derecho te hace caer en pecado, sácalo y échalo lejos de ti; mejor es que pierdas una sola parte del cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.

Al contrario, vivid de una manera completamente santa, porque Dios, que os llamó, es santo; pues la Escritura dice: “Sed santos, porque yo soy santo.”

Con todo esto,  su hermana,  la rebelde Judá,  no se volvió a mí de todo corazón,  sino fingidamente,  dice Jehová.


 DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS


Mientras  viva, seguiré al Señor Jesus  mi Dios con todo mi ser (espíritu, alma, y cuerpo).  Aparto de mi vida todo lo que es detestable a Su vista y vivo delante  de  Él en pureza y santidad, de acuerdo con Su voluntad.

Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan
3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv

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