jueves, 3 de marzo de 2011

Cuando Obedezco Su Palabra Le Doy Gloria A Jesús


  Marcos 11:1-10
Cuando se acercaban a Jerusalén, junto a Betfagé y a Betania, frente al Monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos, y les dijo: —Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y al entrar en ella hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta: “¿Por qué hacéis eso?”, decid que el Señor lo necesita y que luego lo devolverá. Fueron, y hallaron el pollino atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron. Algunos de los que estaban allí les preguntaron:—¿Qué hacéis desatando el pollino? Ellos entonces les dijeron como Jesús había dicho, y los dejaron ir. Trajeron el pollino a Jesús, echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él. También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino. Los que iban delante y los que venían detrás gritaban, diciendo:
¡Hosanna!
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene!
¡Hosanna en las alturas!


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Cuando camino en comunión con Jesús leyendo Su Palabra, meditando en ella, y estoy atento a lo que Él me dice, entonces puedo ir donde Jesús me envíe, hacer lo que Jesús me pide y estar seguro que encontraré el favor de otras personas para lograr lo que Jesús me pidió.  Con seguridad  camino dentro de la voluntad de Dios.  Creo lo Él dice en Su Palabra, por lo tanto puedo hacer lo que Él me manda.  Vengo ante Jesús con alegría porque regreso a Él con la victoria en mi mano y se la entrego con gozo y alegría en mi corazón.  Le alabo dándole gloria a Dios. Esto hace que los que me rodean vean lo que Dios ha hecho en mí y se regocijen conmigo alabando a Dios, y todos decimos:   ¡Hosanna! ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el Señor Jesús! ¡Hosanna en las Alturas!

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

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