Isaías 11:2 -5
Y reposará sobre él el espíritu de Jehová: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos ni resolverá por lo que oigan sus oídos, sino que juzgará con justicia a los pobres y resolverá con equidad a favor de los mansos de la tierra. Herirá la tierra con la vara de su boca y con el espíritu de sus labios matará al impío. Y será la justicia cinto de sus caderas, y la fidelidad ceñirá su cintura.
DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.
Estoy en Cristo Jesús y vivo por Él. El Espíritu Santo mora dentro de mí. En Él, tengo un espíritu de sabiduría y entendimiento, de consejo y de poder, de conocimiento y temor a Dios lleno de reverencia por el Señor. Mi mayor alegría es estar en la presencia de Dios confiando en Él y viviendo para Él. No pongo mi confianza en lo que mis ojos ven o lo que mis oídos oyen. Confío en la Palabra de Dios. Trato a los pobres y oprimidos de la tierra con bondad, con rectitud y con justicia. Castigo a los opresores con la vara de mi boca – con Palabras poderosas que llevan a su destrucción. La justicia es mi cinturón y la fidelidad es como una faja alrededor de mi cintura.
Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él, porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo, Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.
Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).
Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4). Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.
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